Danger Days.

Volví con cuidado hacia el sofá sellando mis labios contra los suyos con el corazón desatado. Tenía miedo a su negativa, pero al ver cómo se le habían iluminado los ojos sólo pude sentir la mayor felicidad que había experimentado en años. La besé repetidas veces mientras reía y la abrazaba, ya me daba igual mi herida.
-Te amo Stella Major, te amo como jamás amaré a otra mujer.
Volví a besarla mientras apretaba su mano contra la mia y me di cuenta de una cosa, echándome a reír.
-¡Se me olvidó ponértelo!
Deslicé el pequeño anillo por su fino dedo y le miré sonriente.

Sonreí cuando me besó, le cojí el rostro entre las manos y reí y le abracé justo como él hacía. Todo había desaparecido a nuestro alrrededor, nada me importaba en este momento, nada que no fuese la persona que tenía entre mis brazos, esa persona que me estaba mimando como si fuese lo mas valioso del mundo, Alex. Mi Alex.
- Y yo a tí mi vida. - sususrré contra sus labios notando como apretaba su mano contra la mía.
Reí levemente al escucharle y asentí. Verdad. Se había olvidado. Nos habíamos dejado llevar por la emoción del momento de tal manera que se nos había olvidado lo basico.
Miré mi mano, nunca me había gustado tanto mirarla.
- Es precioso Alex. - susurré mirandole a él ahora.

Me senté y puse sus piernas sobre las mías, acariciándola de forma íntima, sólo para ella.
-No está a tu altura, pero... Ahora todo es demasiado difícil -susurré- me hubiera gustado poder conseguirte algo mejor.
Apoyé mi cabeza contra su vientre como solía hacer. Eso me relajaba, me hacía sentir protegido, querido. Tenerla debajo de mi era la mejor sensación, sobre todo cuando sentía su respiración. Sonreí feliz de que por fin pudiera volver a sentirla de verdad, no sólo en mis sueños.
-Ojalá me hubieran llevado a mi, no puedo perdonarme que sufrieras tanto.

- No, no, no... - dije negando con la cabeza mientras hablaba. - Es perfecto, de verdad. - sonreí tiernamente, mirandole con dulzura antes de tomar su rostro con ambas manos y besarle levemente un par de veces seguidas. - Perfecto. - susurré de nuevo antes de que adoptara su ya acostumbrada postura.
Acaricie su pelo, tal y como solía hacer antes de que mi vida se jodiese.
- Es imposible atraparte, eres demasiado de todo para ellos. - afirmé sonriendo. Realmente lo era, habían intentado capturarlo en mas de una ocasión y nunca habían conseguido atraparlo, era alucinante.

Solté una carcajada y comencé a dibujar cosas abstractas sobre su cuerpo, me distraía y relajaba. -Me hubiera dejado atrapar si con eso conseguía que tú te quedaras aquí. -besé su ombligo con cariño y después le di un mordisco- ¿Qué vamos a hacer ahora que estamos juntos? -sonreí ampliamente- Aunque, para ser sinceros, verte aquí ya es suficiente, me basta con pasarme toda la noche mirándote para saber que eres de verdad.

- Lo sé, y Korse también lo sabía por eso me escogió. - afirmé calmadamente entreteniéndome con su pelo. Había crecido bastante desde la última vez que le ví. - Sería fatal para todos que te cogiesen, me alegro de haber escapado antes de darle la oportunidad a Korse de cansarse de tenerme en su base...

-Au - lo miré fingiendo enfado cuando sentí su leve mordisco para después reír levemente. - Lo que tu quieras, tenemos todo el tiempo del mundo ¿recuerdas? - bromee alzando la mano del anillo. - Vamos a estar siempre juntos. - al menos, eso esperaba...

Subí mi cuerpo para besar sus labios, como intentando curar el dolor.
-Ese hijo de puta se arrepentirá de lo que te hizo.

Cogí su mano y me quedé mirando el anillo. Para siempre... Reí tontamente y volví a besarla, ansioso. -¿Sabes lo que significa para siempre? Tener que soportarme día tras día. A mi, y a Izzy -solté una carcajda- Estoy esperando ver cómo cuidará de los niños. Será una jodida mala influencia

Le devolví el beso sin poder evitar sonreir, adoraba estos momentos.
- A ti te han echo mas daño que a mí - afirmé refiriéndome no solo a su herida sinó también a lo mal que lo había pasado en mi ausencia.

Me dediqué a observarle a él mientras el observaba mi mano. Se le veía radiante de felicidad. ¿Como era posible que alguien me quisiese tanto?
- Ah, no, no, no. Izzy no cuidará a mis pequeños. Ni hablar. - ¡Izzy estaba loco! Y su aspecto me asustaba incluso mas que el de korse, no podía permitir que mis futuros hijos - si es que los llegaba a tener - se malinfluenciasen de él. - Los dejaremos con Tyler, que es mas normal. aunque deverá dejar de fumar, claro - bromee.

-Izzy y yo nos hemos criado juntos y mira cómo hemos salido -sonreí triunfal- lideramos una banda que lucha por el mundo, y sobre todo, yo conseguí a la mejor mujer del mundo -busqué sus labios otra vez, pero noté un tirón en el estómago que me hizo rectificar e ir más suave. Traté de no gemir de dolor mordiéndome el labio inferior.
-Qué te parece si vamos a dormir un poco. Juntos.

- Visto así.. me pensaré lo de Izzy... - susurré mirando sonriente a sus labios que se me acercaban. Borré la sonrisa al ver como se resentía de la herida.
- ¿Eso te lo hicste cuando entrasteis en la base de los SCARECROWS? - le pregunté con preocupación. - Deverías ir con mas ciudado, se te empeorará si la cuidas... - afirmé preocupada.
Sonreí y asentí con la cabeza.
- Me parece estupendo.

Me levanté y la hubiera cogido en brazos si no fuera porque cada me escocía más la herida. Le tendí mi mano para que se levantara y me acompañara.
-Esta es una herida más, una menos... -sonreí- Nada importante, así ligo más -bromeé-

Agarré su mano y me puse en pié.
- ¿Y con quien tienes que ligar tu si se puede saber? - pregunté divertida antes de darle un leve beso en la mejilla.

Sonreí de medio lado, sintiendo un escalofrío cada vez que me besaba. -Contigo cada día -reí

- A mí ya me tienes conquistada - contesté sonriendo ampliamente.

Le pasé el brazo por los hombros, atrayéndola hacia mi para poder besar sus carnosos labios. -Si nuestra hija sale igual de preciosa que tú habrá que empezar a matar pretendientes -bromeé-

- Yo prefiero que se parezca a tí. - susurré entre sus labios. Realmente no quería que se pareciese en nada a mí, sobretodo en lo que a caracter se refería. - Por cierto, nunca me has dicho como te gustaria que se llamasen nuestros hijos...

-Stella si es niña e Izzy si es niño -dije seguro de mí mismo- las dos personas más importantes de mi vida se merecen que mis hijos lleven esos nombres. De personas tan increíbles.

- ¿Igual que la mamá? - negué con la cabeza. - Seria un lio a la hora de llamarnos no? - reí levemente.

-A ella la llamaría enana y a ti.... -sonreí de forma tonta.

- ¿Y a mí? - inquirí mirándole, realmente tenía curiosidad por escuchar su respuesta.

-Amor... -susurré mirando hacia el suelo. Nunca se me habían dado bien esas ñoñerías aunque con Stella parecía que me salieran solas.

-Pues me gusta como suena-susurré y le besé de nuevo, notando sus labios sobre los míos.

No podía soportarlo más, corrí por la base hasta llegar a mi habitación. Cerré por dentro y la puse contra la puerta, besándola con pasión, entrelazando nuestras manos mientras sentía que me desvanecería de lo feliz que era.

No pude evitar reír mientras me arrastraba por toda la base hasta llegar a su dormitorio.
Respondí a su beso con fiereza, estaba ansiosa de él, eso no se podía negar. Demasiado tiempo sin verle y sin sentirle.

Solté su camisa dejando ante mi sus voluptuosas curvas. Le sonreí y besé antes de bajar mi cabeza para poder devorar sus pechos con necesidad, quería hacerla sentir en el paraíso.