Monkey Slut. [Alec & Ivanna]

Después de haber dejado las maletas en el apartamento me cambié de ropa para volver al trabajo. Me puse mi habitual bata y caminando llegué hasta la sala central. Era lo bueno de vivir a metros del trabajo.

Me había merecido aquellas pequeñas vacaciones, bueno, asuntos de trabajo, pero al menos había salido de aquel agujero asqueroso y lleno de incompetentes. Me eché el pelo hacia atrás y metí la tarjeta para poder pasar. Allí me encontré a alguien casi tan arrogante como yo.

-Buenos días, Alec, me han informado de que se te han escapado unas cuantas presas -reí irónicamente.

Korse había salido de viaje, muy inteligente eso de largarse cuando hay problemas, yo debería imitarle alguna vez. Iba hacia la máquina de café, necesitaba cafeína.

Alcé una ceja al verla entrar. Tenía entendido que estaba fuera, bueno, todo lo que es bueno termina acabándose.

-Buenos días, Ivanna-comenté.-Ya, a mi me habían contado que te habían matado, una pena, eh...

Solté una carcajada y me acerqué a él, lo del café era mejor que una buena idea. Además, por asqueroso y estúpido que fuera, su olor me atraía como una planta carnívora a sus presas. Le puse una mano sobre el hombro y la deslicé por su espalda.

-Ni en tus sueños más húmedos, querido -sonreí y me apoyé contra la máquina- Lo que no entiendo es cómo Korse deja que sigas con vida cuando no has hecho más que cagarla, notablemente, además.

Negué con la cabeza, divertido, al escucharla. ¿En serio pensaba que Korse iba a eliminarme tan fácilmente? ¿Y después de mi maravilloso plan? No si, ésta chica se perdía cosas cuando se largaba, normal que la base estuviese tan tranquila sin ella.

-Punto número uno, sólo, se me ha escapado una prisionera. Punto número dos, Korse tiene otros objetivos de los que encargarse que de esa prisionera. Primero los altos cargos, después, el resto de killjoys.

Volví a sonreír maliciosamente.
-Vamos, que siempre te las ingenias para que no cumplan mi fantasía de que te aniquilen... Una lástima -suspiré- ¿Y Stella? ¿Ha corrido ya a los brazos de su maridito? ¿Ya os ha clavado un puñal?

La miré y alcé una ceja, ¿y quién coño se creía ella que era para hablar de Stella como una traidora?

-Pues mira, no-resoplé.-Stellita está aquí con nosotros, y nos ha dado información bastante valiosa para que tú sigas manteniendo tu trabajo al igual que todos nosotros.

Me crucé de brazos. -Al menos sirve para algo -bufé.

-Podrías aplicarte el cuento, y así, no criticas a las personas que te mantienen en tu puesto-le recordé.

-¿Perdona? -dije alzando una ceja, realmente indignada- Creo que si no fuera por mi tendrías más de un problema, Alec. Yo he demostrado con mi capacidad merecer mi puesto y mantenerlo.

-Sí, vale...

Decidí darle la razón, esta chica me agotaba.