Party VS Order [Kobra Kid & Ivanna]

Las 21 de la noche. Ivanna, perfecta e intachable empleada de BLI y de los Scarecrows ha sido designada como jefa de seguridad de una de las fiestas más prestigiosas de Battery: La celebración anual del cumpleaños de la srta. Tanaka, relaciones públicas de BLI más que conocida por sus discursos en televisión (la mujer asiática del videoclip "Sing").

La fiesta de gala va a las mil maravillas, como era de esperar estando supervisada por Milicevic. Los invitados ya han disfrutado del discurso más aburrido del siglo y de una cena opulenta pero más sosa que la arena del desierto.
Al fondo de la sala, un grupo de cuerda toca unas melodías deliciosas y clásicas que apenas desentonan con el ambiente. Nadie se fija en ellos y aún así están protegidos tras un cristal blindado para evitar... "accidentes". Además la sensación de que estén expuestos como simples estatuas parece resultar interesante a muchos de los presentes.

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Tras un buen rato de soportar al insufrible grupo de músicos contratados por BLI, llega nuestro turno. Bueno, en teoría nosotros también hemos sido contratados por ellos y todo eso... e ahí la gracia. Todos los agentes tienen la sala impecablemente controlada y vigilada pero no se les ha ocurrido que los propios músicos podíamos... "alegrarles" la fiesta.

Sonrío traviesamente mientras me pongo un antifaz de carnaval bastante horroroso y de colores chillones. Miro al resto del grupo y hacen lo mismo, asintiendo. Estamos todos listos.

En cuánto salimos al extraño "escenario", si es que se le puede llamar así, atrancamos la puerta disimuladamente rompiendo la cerradura y empezamos a colocarnos. Algunos ya nos miran con recelo y extrañeza pero la mayoría ni se han percatado de que estamos ahí. Tienen cosas importantes y serias de las que hablar, seguro que sí.



Cuando los primeros acordes suenan y pronuncio las primeras palabras la mayoría ya se han girado hacia el cristal, mi mensaje no cuadra... y cuando suena la batería y todo se vuelve más agresivo está claro que algo ha escapado al control de BLI en esa "maravillosa" fiesta.

Spoiler:

Los invitados se horrorizan por momentos y algunos incluso se marchan, ofendidos por nuestra simple presencia y nuestro mensaje. ¿Demasiado realista para ellos...?
Cuando distingo a la "afamada" Ivanna acercarse no desperdicio la oportunidad de mirarla directamente para dedicarle una estrofa que le va como anillo al dedo...

Spoiler:

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OFF: Si no conoces la canción te conviene ver la traducción aquí:
Traducción

OFF: Si conocía la canción, me gustan mucho los Foo Fighter. Buena elección

Nunca me habían gustado las fiestas, jamás. Pero siempre habían sido una piedra clave para las relaciones de trabajo, donde podías asegurarte un mejor puesto, o conocer a alguien importante. Era algo que padre me había enseñado desde pequeña. Por eso estaba allí por él.

Me paseo entre los invitados, saludando a los conocidos, dejándome presentar a los desconocidos. No muestro mucho la sonrisa, pero trato de ser tan amable como cordial. Tanaka se presenta ante mi y me felicita ante la seguridad, yo asiento con la cabeza y me disculpo para poder alejarme del tumulto.

Por suerte o por desgracia, sigo teniendo que llevar el uniforme de trabajo. No me incomoda, ni necesito ningún provocativo vestido para ligar con nadie, pero me hubiera gustado quedarme en mi casa.

El cuarteto de cuerda es inmejorable y al acabar, se suben unos críos con unos colores chillones y unos antifaces. ¿Qué demonios? Me acerco lentamente, como un felino esperando a su presa. Espero por su bien que sólo sean una broma pesada y de mal gusto contra los killjoy, o alguien morirá esa noche.

No, no cuadra, claro que no. Lo que están cantando... Miro a los soldados y aprieto fuertemente la mandíbula, esos cabrones no me pueden hacer pasar la humillación que estoy sufriendo. Tanaka me coge del brazo y yo lo aparto con asco.

-¿Qué está pasando? -pregunta malhumorada.

-No lo sé, pero lo resolveré en unos segundos.

Aviso por el auricular que vayan desalojando la sala y que se vayan preparando. Cada vez estoy más cerca del cristal y ese estúpido cantante tiene el valor de desafiarme, mirándome a los ojos. Hago una mueca de asco y saco la pistola, apuntando diréctamente a la caja.

En unos segundos, el cristal estalla por los aires, me cubro la cara con el brazo para que no me salte ninguno a los ojos y vuelvo a fijar mis ojos en él.

-No te vas a escapar -murmuro para mi misma, andando hacia él- Quieto o morirás -digo apuntándole.

OFF: Mmm... el cristal era blindado pero bueno, da igual. Sigamos xD

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Los Darculoids empiezan a moverse con algo más de efectividad cuando Ivanna reparte algunas órdenes a través de los comunicadores.
Se distribuyen por la amplia sala de manera bastante coherente y efectiva pero hay tantos civiles y es tan grande que resulta casi imposible controlar todos los rincones.

Tras los disparos y el estallido de los cristales la histeria se propaga como el fuego y la gente se agolpa en las puertas de salida mientras los guardias se esfuerzan para que lo hagan de manera lógica y ordenada. Todo resulta un tanto caótico, aunque podría ser incluso peor...

La verdad es que disfruto bastante del espectáculo, al menos mientras no haya heridos de por medio ya que no era nuestra intención.
Ivanna me apunta entonces de forma directa y sin dudar, como era de esperar, y yo me limito a levantar lentamente ambas manos en señal de rendición.
-Vaya, ¿no te ha gustado la dedicatoria...?- le pregunto con una sonrisa algo socarrona mientras sigo observándola con fijeza. Quiero que compruebe que no me da miedo, incluso teniendo la situación dominada. Podría apostar mi bajo a que no se topa demasiado a menudo con gente dispuesta a llevarle la contraria.

Spoiler:

El resto del grupo no pierde el tiempo, ya lo habíamos pactado así. Mientras Ivanna centra su atención en mí ellos salen corriendo y empiezan a dispersarse entre la gente aunque el guitarrista no desperdicia la oportunidad de empujar a mi contrincante para que se tambalee encima de esos vertiginosos tacones. Si fuera yo me habría caído de cara, directamente.

Intuyo que siendo ella no va a desperdiciar la oportunidad de dispararme así que lo primero que hago es dejarme caer estrepitosamente por el suelo para evitar un posible impacto, después me desprendo del bajo y se lo lanzo con contundencia en las piernas para que también se caiga o al menos la distraiga mientras procuro ponerme en pie para empezar a correr.

Un enfrentamiento directo sería delicioso, pero no aquí, rodeados de inocentes y de Draculoids.

OFF: Lo siento u.u'
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El desafío de su mirada es algo que no suele pasar a menudo, pero no me va a achacar, no a mi. -¿no te gusta aceptar tu destino? -sonrío con malicia, esperando a apretar el gatillo, sin desviar los ojos de los suyos.

Pero el plan no marcha bien, alguien me da tal empujón que estoy a punto de caer, pero el maldito Killjoy aprovecha mi tropiezo para hacerme caer definitivamente contra el suelo. Maldigo en voz alta mientras aprieto el gatillo sin observar dónde va el disparo.

Es vergonzoso y humillante.

Trato de ponerme en pie lo más rápido posible, tratando de localizar ese pelo rubio, esa cabeza que no tardará de estar en mis manos y sin vida. -¡¡Cerrar las puertas!! ¡Cerrar las putas puertas!

Corro entre la gente, empujando a los invitados sin importarme quiénes son. Giro sobre mi misma varias veces, hasta que diviso ese largo flequillo. Me quito los zapatos y los lanzo hasta alcanzar la pared en la que están los botones de seguridad. No tardo en meter el código y bloquear todas las puertas de salida.

Alcanzo al chico y sonrío una vez más. -Estás rodeado como un ratoncito, ¿qué vas a hacer ahora? -digo levantando una vez más mi arma.

Mientras corro entre la gente todos escuchamos las alarmas de seguridad que indican que las salidas han sido cerradas informáticamente. Entonces sí se desata el caos, incluso los propios civiles se enfrentan a los Draculoids por puro pánico, exigiéndoles que les dejen salir a pesar de que ellos no tienen forma de hacerlo, la única con la suficiente autoridad es mi perseguidora particular.

Incansable y cabezota. Está claro que Ivanna me tiene en el punto de mira y se comporta como un misil dirigido: sigue a su blanco con letalidad sin detenerse o preocuparse por nada más.
-Soy un ratoncito con recursos- le respondo con una sonrisa mientras me lanzo hacia una de las puertas.

Al contrario de lo que ella pensaba se trata de un pasillo que conduce a diferentes salas de mantenimiento para empleados así que ésta no ha sido afectada por el cierre aunque tampoco estoy seguro de que vaya a encontrar una salida.
Sus disparos me rozan en varias ocasiones pero empiezo a ganarle terreno por el simple hecho de que tengo las piernas algo más largas que ella.

Al final llego a una amplia sala con una enorme caldera que produce un sonido mecánico bastante molesto. Aquí hace bastante calor pero lo peor de todo es que no veo ninguna salida aparente, al menos no en forma de puerta.
Antes de que pueda analizar el lugar con mayor detenimiento Ivanna ya ha llegado así que me oculto detrás de una esquina y aguardo, pacientemente.

Ella empieza a "peinar" la zona con eficacia pero cuando ya está a punto de descubrirme la agarro por sorpresa y le doy la vuelta a la situación, apoyándola de cara a la pared para después sostenerla con mi propio cuerpo pegado a su espalda.
-¿Buscabas a un ratón Ivanna?- pronuncio su nombre para que sepa que la conozco y empiezo a separarle las piernas con una de las mías...

Me gusta saborear la miel en los labios, disfrutar de los últimos latidos de vida de mi presa, pero esta es escurridiza. Vuelve a escaparse, una vez más, dejándome de nuevo entre el cabreo, la humillación y el aumento de ira.

Aprovecho el hecho de estar descalza para seguirle de forma ágil por la puta puerta que hemos dejado sin vigilancia. Sabiendo que no hay nadie más que él, disparo sin conocimiento, avanzando deprisa, esperando el momento oportuno para acertar en su cuerpo. Cada vez está más lejos de mi, a ratos, le pierdo la vista, luego le vuelvo a encontrar, desaparece...

Entro en una sala, el calor es terriblemente asfixiante, sobre todo para alguien como yo que está acostumbrada al frío. Me quito la corbata y me suelto los primeros botones de la blusa, bastante acalorada. Trato de avanzar en silencio, buscando constantemente con la mirada cualquier indicio que señale dónde se oculta el escurridizo KillJoy.

Mantengo la pistola en alto, pero no le encuentro por ningún lado. No me la va a jugar, no se me escapará. O quizá sí. De golpe, me agarran y me ponen contra la pared, sintiendo cómo apoya su cuerpo contra el mío. No sé qué es más repulsivo, que me esté tocando o que me haya conseguido coger.

-Sólo soy una gatita con ganas de jugar -digo con voz irónica, tratando de mantener mis piernas en su posición, sin hacer fuerza con los brazos. Estoy aparentemente tranquila, aunque por dentro me fluye por las venas el odio, y en mi cabeza se van dibujando distintos planes de ataque.

-¿Quieres jugar conmigo? -aprovecho ese segundo para clavar mi codo contra su estómago, volteándome, girando nuestros cuerpos, dejándole a él esta vez contra la pared y yo sobre él. Su anterior ataque ha hecho que se me caiga la pistola, pero no la necesito. Sujeto su mandíbula y le hablo cerca de los labios- Porque me conozco un juego muy divertido.

Cuando se autodenomina "gatita" le ronroneo seductoramente cerca de la oreja aunque está claro que ella nunca sería tan adorable pero ahí precisamente está la ironía del asunto.
Justo después siento como las fuerzas me fallan un instante debido a su codazo y al segundo siguiente hemos cambiado de posiciones. Interesante movimiento...

-¿A quién no le gustan los juegos?- respondo a su pregunta retórica con otra y noto como me clava los dedos en la mandíbula antes de acercarse todavía más.
-Yo me sé unos cuántos de esos....- aprovecho el hecho de que se ha "aventurado" a hablarme tan de cerca para lamerle los labios con cierta lascivia y al mismo tiempo mis manos se apoyan en sus piernas, ascendiendo por sus muslos en una caricia que empieza a arremangarle la ajustada falda del uniforme.

Estoy convencido de que siendo una Scarecrow remilgada y pija no tardará en apartarse asqueada.

No entiendo qué está haciendo, por qué sus manos se deslizan por mi cuerpo en vez de oponer resistencia. En realidad, todo esto tiene cierto aspecto erótico, morboso y sensual. Ante su lametón, aparto ligeramente la cara, para luego clavar mis dientes en su labio inferior, tirando de él con desgarro, buscando la sangre.

-Yo también me sé unos cuantos -gruñí, bajando mis manos hacia su cuello-¿Sabes? Podría matarte con mis propias manos.

Sonreí y subí la rodilla hacia su entrepierna, presionándola con fuerza. ¿Quién no ha jugado con la comida antes de cazarla? Es divertido sentirse con autoridad, sentirse desafiada.

No puedo evitar emitir un quejido después de su mordisco. Noto el sabor metálico de mi propia sangre en la boca aunque no ha sido nada demasiado grave, sólo animal.
Saboreo mi propia sangre lamiéndola con lentitud y observo a Ivanna de cerca mientras baja las manos hasta mi cuello, dejándole claro que su amenaza ni me da miedo ni me amedrenta, del mismo modo que ella tampoco se deja impresionar o alterar por ninguna de mis acciones.

Cuando noto su rodilla por un segundo llego a pensar que va a ser interesante, incluso excitante, pero pronto salgo de mi error al comprobar que ni siquiera esto saben hacer bien. Son tan autómatas que incluso cuando quieren ser sensuales acaban siendo violentos y no me resulta para nada agradable.
Podría "jugar" a la domina y al esclavo pero sólo eso, jugar, si en lugar de placentero resulta doloroso es evidente que algo no marcha bien.

-Sí... es una pena que no los entendemos de la misma manera...- respondo con la voz algo ronca antes de apartarle la rodilla con un enérgico manotazo y darle un cabezazo que probablemente nos duele casi igual a los dos.

La ventaja que obtengo es que yo ya me lo esperaba así que me repongo casi al instante y consigo escabullirme de su "presa" para correr en dirección a una de las paredes cercanas a la enorme caldera. Ya no me interesa seguir jugando con ella, he descubierto que me aburre y no es mi tipo.

Allí encuentro una ventana estrecha que se encarga de renovar el aire del lugar y de refrescar el ambiente así que salto hasta ella con facilidad aunque tengo que arrastrarme bastante para conseguir escabullirme hasta la calle. Una vez en ella dedico una última mirada al sótano y a Ivanna.
-Cuando consigas excitar a alguien en lugar de simplemente dañarle quizá volvamos a jugar- río por lo bajo burlonamente y empiezo a alejarme mientras me quito la máscara, dejándola en uno de los muchos contenedores de basura que llenan las aceras.

El hecho de que se quede parado y no forcejee para escapar me aburre, me gustan los individuos fáciles de asustar, que tiemblan bajo mi presencia. Él es interesante, pero no le pone emoción. Me pilla desprevenida con su cabezazo y me llevo la mano a la cabeza, sintiendo cómo si me golperan martilos dentro de ella.

-Hijo de puta... -digo entre dientes mientras alzo la vista.

Le busco y le encuentro escapándose. Corro pero es demasiado tarde. Sus palabras me dan igual, pero no el hecho de que haya escapado de mi. Maldigo y juro que le encontraré y despedazaré con mis propias manos.