Run away (Alex)

¿Y por qué había dicho que hacia esta estúpida carrera? Por nada bueno, seguro. De todos modos, no quería nada. Absolutamente nada, estaba feliz con todo lo que tenía y había decidido pasar un poco del tema de la reaparición de Stella. Ese día sólo me apetecía correr y listo. Me recosté sobre mi preciosa Yamaha negra a la espera de que Alex apareciese. No le había dicho absolutamente nada sobre mis sospechas hacia Stella por miedo a que se enfadase y discutiésemos pero a mi me seguía dando mala espina. Cerré los ojos notando como el sol del desierto acariciaba mi piel, me gustaba esa sensación de calor que te dejaba.

Corrí con el coche hacia el punto de encuentro y derrapé a su lado, con cuidado de no tocar su moto y que ella cayera. Bajé la ventanilla y me asomé por ella.
-¿Lista? -dije con una enorme sonrisa- Y no vale decir "nací preparada" porque te harás daño, muñeca -reí. Verla siempre me ponía de buen humor.

Noté su coche derrapar a mi lado y sonreí incorporandome. No pude evitar alzar una ceja al escucharle y rodé los ojos.
-No necesito estar preparada para ganarte-dije divertida.-El que debería tener cuidado es tu coche por si acaba hundido en alguna duna de lo torpe que eres.

-Ten cuidado no te resbales -le guiñé el ojo- ¿Qué dices que nos jugábamos? Porque vas a perder seguro. -hice rugir el motor, haciéndole ronronear, ese sonido era pura delicia en mis oídos.

Solté una carcajada y negué con la cabeza.
-Realmente no me acuerdo, pero si pierdes, tienes que comprarte un cerebro nuevo-le guiñe un ojo y me situé bien sobre la moto.

Reí ante su comentario y me limité a callarme. Dejé el pie sobre el acelerador, dispuesto a empezar en cualquier momento. -¿Quién dará la orden de salida? -grité con fuerza para que pudiera escucharme por encima de ambos motores-

Sujeté el manillar con ambas manos y con tranquilidad. Me incliné un poco y sonreí al escucharle.
-Yo quiero-grité.-Tres...Dos...Uno...-hice ronronear el
motor.-Ya.
Y segundos después ambos estábamos corriendo. Adoraba esa sensación, aceleré un poco bastante más, escuchando el rugir del motor.

Dejé las ventanillas bajadas para dejar que el viento me azotara la cara mientras corría sin conocimiento, derrapando en cada duna, erizándose la piel a cada metro que recorría. Quemar adrenalina de aquella forma era lo mejor. Subí el volumen de la radio y sonreí mientras me ponía a su lado en una recta y trataba de distraerla sin mucho resultado. Canturreaba mientras cambiaba las marchas y apretaba con fuerza el volante, excitado.

En unna demás rectas, noté su coche a mi lado y la rajo a un volumen altísimo. Sí, estaba claro que Alex estaba como una cabra, pero no iba a dejar que ganase, ni de coña. Aceleré un poco más.
Creo que debería hacer carreras como esa todos los días, relajaban muchísimo y matenian la mente en blanco.

Por mala suerte, y porque el coche ocupaba más espacio que la moto, la rueda izquierda trasera golpeó contra una pierda y tuve que sortear el bache perdiendo unos segundos, retrasándome. Quemé gasolina y motor, cambiando las marchas deprisa y pisando el acelerador para volver a quedar tras Holly.

Solté una carcajada al observar por el retrovisor las maniobras de Alex, y solo por hacer la gracia, me permití hacer un pequeño caballito para después volver a apoyar la rueda delantera sobre el asfalto y acelerar. El aire del desierto quemaba, pero gracias a no sé a que, me había acordado de llevar la cazadora militar conmigo y no quemaba tanto. Observé de nuevo por el espejo retrovisor el coche de Alex, no quería perderle de vista.

Reí a carcajadas cuando la vi jugar con la moto de aquella forma. Era una cabra loca, no le tenía miedo al peligro y eso me volvía loco, sobre todo, verla así, como un espíritu libre e indomable. Decidí aprovechar las siguientes dunas girando en una dirección distinta a ella, perdiéndome de su punto de vista, aprovechando para acelerar y salir delante de ella unas cuantas dunas adelante. Pité para que se diera cuenta de quién era el amo.

Alcé una ceja al ver su coche aparecer delante de mi, el muy imbécil sabía conducir, no podía negarlo. Los pitidos me hicieron reí, pero aceleré aun más y me pegué a la parte trasera de su coche un par de segundos para después deslizarme por el lado del conductor y situarme a su lado.
-Idiota-reí.

Sonreí de medio lado y me quité las ray ban, mirándola, conduciendo a su altura sin perder la marcha o la vista de la carretera. -Sé que te encanta que haga esto, te pone, seamos sinceros -solté una carcajada y forcé más el motor, haciéndolo rugir y adelantando ligeramente.

-Si no fuese porque tienes novia, incluso te haría un par de favores-reí levemente y me aparté el pelo de la cara.-Una lástima.
Aceleré de nuevo, adelantándole, me encantaba correr y más siendo perseguida, aunque si fuese por Scarecrow, llegaría a ser más divertido.

-¡¡EH!! -le grité derrapando en una curva- Volvamos hacia la base, nos estamos alejando demasiado -me quedé quieto, esperando a tener señales de ella, me preocupaba que nos acercaramos tanto a SCARECROW-

Giré derrapando y frené al llegar al lado del coche.
-¡Eres un aburrido, Fun Ghoul! Le quitas la gracia-dije y rodé los ojos.

Suspiré con una leve sonrisa. -Bastard... Es peligroso. Si me ganas te doy un beso -aceleré de nuevo derrapando entre varias dunas, atento a ver si me seguía.

¿Un beso? ¿Este chico estaba bien de la cabeza? Menudo idiota. Yo no quería un beso suyo, ¿verdad? ¿Verdad? Suspiré y aceleré siguiendole, empecé a tararear yo sola, motivada. Qué motivación correr en la puñetera moto. Me pegué al lateral del coche, del lado de Alex.
-Yo no quiero un beso-dije mirandole de reojo.

-¿Y qué es lo que quieres? -le miré insinuante, sintiendo que se me aceleraba el pulso cuando me miraba de aquella forma. Stella, me obligué a recordar. Dejé de pisar el acelerador para poder escuchar su respuesta.

Me quedé pensando, me froté el cuello y sonreí de lado, de manera divertida.
-Conducir tu coche, otra vez-dije y me mordí el labio inferior, divertida, esperando su contestación.

-¿Cambias un beso por un coche? No tienes precio -solté una carcajada- Yo quiero una cerveza -pisé el acelerador a tope, intentando tomar algo de ventaja, pensando en lo que pasaría si volvía a coger mi querido coche.

Aceleré de nuevo y volví a ponerme a su lado, riéndome.
-Un beso puedo tenerlo siempre que quiera y de quien quiera. Conducir tu coche, del que no te separas ni loco, es mucho más divertido-sonreí.-Ah, cariño, las cervezas las tienes en la cafetería.
Le guiñé un ojo antes de acelerár y ponerme en cabeza.

Mascullé un joder cuando me adelantó y acabé riéndome. Tenía estilo y sabía conducir como una auténtica motorista. El coche parecía no poder dar más de si y me frustré. Quizá un paseo con ella en mi coche no sería tan malo, así que no lo forcé mucho más. Agarré el volante y giré para no darme contra una duna, perdiendo aún más tiempo, tendría que hacerme con una moto.

Le observé por el espejo retrovisor y sonreí de lado. Sí, iría a dar una vuelta en su coche, porque al parecer, se había rendido. Vi la base a lo lejos y volví a acelerar un poco mas. Puta moto, era diosal, para qué vamos a engañarnos.
Cuando llegué a la base, frené, derrapando. Me eché el pelo para atrás y puse el caballete para que la moto no se cayese. Me senté de lado, esperando a que llegase.