This is me, in the Mirror [Hermanos Hampton]

A pesar de que sólo había venido a la ciudad a comprar unas cuántas provisiones no he podido evitar alargar la "visita". Debería haberme quedado sólo media hora, salir pitando cuánto antes teniendo en cuenta el reciente encontronazo con Ivanna... porque estoy seguro de que es una cabrona con recursos muy cabezota. Por suerte no llegó a verme la cara aunque no sé si acabará descubriendo que fui yo. En todo caso sólo sabrá mi identidad Killjoy porque yo ya no existo... y por eso no puedo dejar de mirarla.

Anna me recuerda todo lo que fue bueno y "normal" alguna vez. Me hace sentirme más humano pero a la vez me aterra. La idea de no poder resistir la tentación de acercarme más a ella me horroriza y aún así no puedo dejar de seguir sus pasos desde la acera contraria, mirándola de reojo más a menudo de lo que debería.

Veo como acaba internándose en una tienda de ropa, esa que siempre le ha gustado por ser la única con diseños un poco más atrevidos de lo habitual y aún así permitidos, y entonces suspiro hondamente, aliviado. Ya puedo marcharme, tengo la excusa perfecta... pero mis pies no se mueven del sitio.

Sale más pronto de lo que creía y me limito a girarme en redondo, maldiciéndome a mí mismo mismo, veo su borroso reflejo en el escaparate de la joyería que tengo delante. Es entonces cuando aprecio cómo se le acercan una figura ataviada completamente de blanco: un Draculoid.
"Ni hablar, de aquí no me muevo, no le harán nada". Me digo interiormente mientras le oigo interrogarla sobre lo que lleva en la bolsa, momento en el que parece dispuesto a confiscársela. La idea no me hace gracia... pero puedo soportarla.

Es entonces cuando ella intenta recuperarla y empiezan a forcejar un poco. El Draculoid le asesta una bofetada que resuena por toda la calle y al instante siguiente ya estoy detrás de él asestándole un tremendo golpe en la cabeza que lo deja KO en el suelo.

Me quedo mirando su cuerpo inmóvil y su fea máscara y finalmente me armo de valor para mirar a mi hermana directamente. Ha pasado mucho tiempo, yo he estado observándola en la distancia pero ella... no creo que me reconozca. Más me vale.
-¿Estás bien....?- acabo por preguntar a pesar de que por mi mente pasan muchas otras preguntas y frases más importantes que desearía decirle. Está tan guapa...

Paseaba sin rumbo fijo, como muchas tardes en lo que no tenía nada mejor que hacer. Mis pies me dirigían por las calles y yo simplemente me dejaba llevar. Muchas veces me sorprendía al llegar a sitios y no recordar por donde había venido.
Pero esta vez caminaba por una calle ya conocida, de echo, pasaba casi todos los días por allí. Me gustaba plantarme delante de mi tienda favorita y mirar el escaparate varios minutos. Los colores vivos de aquella tienda siempre me habían ayudado a despejar la mente.

Entré y compré una camiseta que llevaba viendo desde hacía semanas en uno de los maniquís. La había mirado cientos de veces cada vez que iba y venía de hacer recados pero nunca me decidía a comparla.
Pero hoy era un día especial. No sé porque pero el encontronazo con Holly me había echo empezar a ver la vida de otra manera, como si fuera mejor hacer las cosas hoy por no saber lo que te depararía el mañana.

Salí de la tienda sonriente, pero la sonrisa se me borró del rostro cuando me topé de bruces con un Draculoid.

-¿Qué llevas ahí?-pregunta impidiéndome el paso.
-Una camiseta. La acabo de comprar justo aquí...

No entendí muy bien lo que me dijo, algo sobre confiscar la camiseta, pero su presencia me ponía tan nerviosa que apenas podía procesar lo que me decía. Intenté evitar que se la llevara pero lo único que conseguí fue recibir una bofetada.
Sentí la mejilla acalorada y dolorida. Me quedé paralizada sin saber que hacer, notaba un nudo muy fuerte en la garganta y ganas de echarme a llorar pero le daría esa satisfacción.

Oí un golpe y el Draculoid se desplomó en mis pies inmóvil. Alzo la vista y por un fugaz segundo, el corazón se me acelera al ver a un chico mirándome atentamente. Le observé unos segundos...me recordó a Roger.

-S-si-balbuceé algo nerviosa mirando al Draculoid a mis pies-Gracias.
No supe que más decir. El echo de que alguien me acabara de defender de un Draculoid me había dejado totalmente muda.

Aprovecho el hecho de que su mirada se desvía hacia el cuerpo inerte del Draculoid para contemplarla con muda admiración, un tanto agitado. Me controlo exteriormente pero por dentro desearía gritar como un loco y abrazarla con todas mis fuerzas. Sabía que pasaría esto si me acercaba tanto a ella y por eso lo he estado evitando todos estos años pero ahora ya es tarde.
Después de unos segundos me percato de que ninguno de los dos dice nada más. Para mí el tiempo pasa volando ahora mismo pero me temo que para ella no, supongo que tampoco está habituada a acciones tan "contundentes" como la que acabo de llevar a cabo contra su agresor y puede que incluso la haya asustado.

-Será mejor que nos marchemos. Al menos tenemos que alejarnos de aquí- acabo por indicarle cuando me siento capaz de reaccionar. Recojo su bolsa con una mano y sujeto la suya con la otra, momento en el que siento una descarga difícil de describir que me estremece de arriba a abajo.
Cuando empiezo a caminar con largas zancadas tirando de ella con suavidad empiezo a sentir miedo de no ser capaz de volver a soltarla.

Miro alrededor a menudo, aunque mi vista se acaba cruzando muy a menudo con la Anna, cuando ya hemos recorrido un par de calles aminoro el ritmo hasta convertirlo en un simple paseo pero no la suelto.
-No tenía que haberte pegado por una simple camiseta, ha recibido lo que se merecía- no puedo evitar sentir que tengo que justificarme delante de ella, la simple idea de que pueda juzgarme mal me martiriza -¿Es la primera vez que te pasa algo así?- tras preguntarlo sé que voy a arrepentirme porque no creo que me guste la respuesta pero nuevamente no puedo evitarlo.

Tan cerca y tan lejos, fingiendo ser un simple desconocido. O quizá algo peor, una especie de lunático admirador secreto, porque estoy bastante convencido de que mi mirada me delata.

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OFF: Lo digo de nuevo: me encanta la firma!!

Tras un largo silencio que no parecía acabar nunca, el chico habló. Asentí sin saber muy bien hacia donde podríamos ir. La cabeza se me llenaba de cientos de sitios pero ninguno era demasiado seguro, y menos sabiendo que se acercaba el Toque de queda, pero cuando me agarró de la mano mi mente quedó en blanco.

Le seguí sin atreverme a soltarle. Miraba hacia todas partes nervioso, vigilando que nadie nos siguiera. De vez en cuando nuestras miradas se encontraban pero rápidamente me veía obligada a apartarla.
Quizás fuera eso, su mirada, lo que tanto me recordara a Roger.

Cuando volvió a hablar, le miré atenta. No era mi intención juzgarle, de echo le agradecía muchísimo lo que había hecho. En Battery City nadie se atrevía a alzar la voz y menos a pegar a las autoridades, pero él en cambio había ayudado a una completa desconocida. Con su siguiente pregunta, apreté su mano mas fuerte.

-No-suspiré-Hace años tuve un...encontronazo con ellos por motivos familiares...

Se me fue apagando la voz conforme avanzaba la frase. Ni quise ni pude terminarla. No quería recordar aquel día.

-¿Y tú? ¿Acostumbras a ir pegando Draculoids?

Me mantuve cerca de él y sin soltarle la mano, no se por qué pero me sentía un poco más a salvo con él cerca.

-Y...¿tienes nombre?-sonreí.

Cuando noto que la presión entorno a mis dedos se intensifica miro nuestras manos y la sujeto con firmeza y seguridad pero sin apretarla, me limito a acariciar el dorso de su mano con mi pulgar casi sin darme cuenta.
-Si fue hace años significa que no te metes en problemas, eso es bueno- me limito a responder mirando en otra dirección. Creo que para ninguno de los dos resulta agradable mencionarlo pero estamos tan ocupados intentando disimularlo que tampoco nos prestamos demasiada atención mútuamente.

-Ss.......No- cambio de idea repentinamente pero acabo negando con la cabeza -Sólo a los que se lo merecen, lo malo es que eso les incluye a casi todos- sonrío burlonamente y procuro que no se note que sé perfectamente hacia dónde nos dirigimos pero no puedo evitar guiar nuestros pasos de vez en cuando, alarmado por la posibilidad de meterla en líos o de que nos vean demasiado.

-Oh, menudo maleducado estoy hecho... Eric, me llamo Eric- le sonrío entonces de manera amistosa pero al instante siguiente me siento sucio. No puedo creer que ésto esté pasando pero decirle la verdad sería todavía peor. ¿No....?

-¿Y tú...?- espero a que responda, como si no lo supiera de sobra, y aún así cuando lo pronuncia se me queda cierta cara de idiota que no puedo ni disimular -Em... ¿te importa que te acompañe hasta casa? Me gustaría asegurarme de que llegas con tu compra.

Sonrio cuando contesta a mi pregunta de los Draculoids, sinceramente no se por qué me esperaba alguna contestación por el estilo.

-Eric...-repito casi en un suspiro.-Anna-contesto rápidamente devolviéndole la sonrisa.

Ante su pregunta me quedo algo confusa. Se de sobra que no es muy buena idea llevar a gente hasta tu casa en los tiempos que corren, pero por alguna extraña razón siento que no puedo dejar que se vaya.
Tiro ligeramente de su mano para dirigirle a casa.

-Por aquí

Cruzamos el parque, prácticamente vacío, y casi antes de que me de cuenta estamos delante de mi portal. Solté su mano para buscar las llaves y abrir la puerta. Se que quizás iba a parecer algo que no era, pero una vez abierta la puerta, volví a buscar su mano y me aferré a ella con fuerza. No hubo ningún movimiento por su parte que mostrara desagrado, así que respiré aliviada.

Justo cuando ibamos a cruzar el umbral de la puerta, un coche de los Draculoids pasó a toda velocidad por la calle. Tiré con fuerza de Eric y cerré la puerta de golpe. Esperé unos segundos hasta que el rugido del motor desapareció en la lejanía.

-Por qué poco...

Le guié escaleras arriba y abrí la puerta de casa. Se quedó quieto entre los marcos de la puerta, mirando la casa como si nunca hubiera visto nada parecido.


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OFF: Me encanta tu melodramatismo xD Pero vas a hacer que Anna le coja mucho cariño !! xD

Me dejo llevar y guiar por su mano encantado, incluso obedientemente. Por un momento parece que soy yo el hermano menor pero evidentemente ella no es consciente de todos estos detalles. De hecho me empiezo a preguntar qué se le estará pasando por la cabeza para seguir junto a mí... Supongo que no puedo evitar recordarle a Roger, aunque en realidad él ya está muerto. Ni siquiera estoy seguro de que pudiera aceptar en lo que me he convertido ahora. He hecho tantas cosas malas... ¿y ella? Ella es perfecta. Es perfecta para mí.

Cuando finalmente nos soltamos las manos siento que todo ha terminado, incluso me dispongo a devolverle su bolsa, pero antes si quiera de decir nada vuelve a tirar de mí y yo no puedo resistirme, me dejo llevar cómo una pluma arrastrada por el viento.
Ella se centra en el coche patrulla que pasa cerca de nosotros, preocupada. Para mí eso no supone ninguna novedad así que ni siquiera le presto atención, me limito a quedarme cerca de ella para mirarla y oler su cabello a escondidas, o al menos intento que no se dé cuenta.

-Me encanta tu pelo-zanahoria- acabo admitiendo antes de empezar a subir las escaleras de manera autómata.
Entonces abre la puerta y ella entra con naturalidad pero yo me quedo ahí plantado como si me hubieran clavado los pies al suelo.

Observo el recibidor y empiezo a ponerme un tanto nervioso. Algunos muebles y la decoración ha cambiado pero sigue siendo mi casa. No creo que pueda soportar entrar ahí dentro, no creo que pueda soportar... sus recuerdos.
-Es... es mejor que me marche, ya hemos llegado- dejo la bolsa en el suelo y miro el rellano vacío -¿Ha empezado el toque de queda?- pregunto poco consciente de la hora que es.

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OFF: Soy un Anna-Yonki =( xDDDDDDDDD

En el momento en el que deja la bolsa en el suelo, las piernas me empiezan a temblar. Miro el reloj y compruebo que aún quedan veinte minutos para el toque de queda. Por primera vez deseé que el toque de queda se adelantara por algun extraño motivo.

Le miré unos segundos. Parecía nervioso mirando el rellano. Apreto los puños con fuerza e intento pensar lo más rápido que puedo.
No podía dejar que se fuera. El toque de queda le pillaría antes de que saliera de Battery City y probablemente aquel Draculoid le estuviera buscando para devolvérsela.
¿Y si... también me estuviera buscando a mi? Si descubría mi nombre y miraba mis antecendentes vería mi anterior encontronazo con ellos. Sería suficiente para venir a casa y...

-No puedes irte-solté casi sin pensar.-Quiero decir...-intenté explicarme-estarán buscándote y... no te va a dar tiempo a salir...

Le miré unos segundos. Me sentía confusa. No quería quedarme sola en casa por si me encontraban, pero obligarle a que se quedara me parecía tan...egoista.

-Eric...
Por favor quédate

Me doy cuenta de que está algo dubitativa y que incluso tarda más de lo normal en darme una respuesta que en realidad debería ser fácil. "¿En qué estás pensando Anna....?". Me sigo tragando todo lo que me gustaría decirle en realidad y retrocedo un paso. Por estúpido que parezca me siento algo más liberado al haber sido capaz de abandonar el marco de la puerta.

Su primera afirmación suena tan contundente que no puedo evitar mirarla sorprendido, después entiendo su razonamiento. O lo entendería si fuera un ciudadano decente y normal porque a mí en realidad me importa más bien poco que me busquen, se me da bastante bien escabullirme y meterme en problemas, es mi día a día. Sí, creo que a pesar de todo es mejor que me marche.

Y entonces se limita a pronunciar mi nombre. Algo muy simple en teoría, ¿no? No implica gran cosa y a la vez lo es todo. El tono, la mirada de súplica... me derrota con tanta facilidad que me siento como un niño sin capacidad de defenderse. ¿Lo sabe?, ¿sabe que haré cualquier cosa que me pida?

-Está bien, supongo que tienes razón... es lo más razonable- admito intentando sonar lo más natural posible mientras entro y cierro la puerta tras de mí lentamente. Es todo tan extraño... y agradable a la vez.
Se me pasan varias preguntas triviales por la cabeza cuya respuesta conozco en su mayoría así que me acabo quedando en blanco, intercambiando miradas en silencio que siento que me van a delatar en cualquier momento porque no puedo evitar admirarla con devoción.

-Oh, ummm.... quizá deberías dejar de comprar en esa tienda- acabo por decir simplemente para romper el hielo mientras le devuelvo la bolsa y observo algunas fotos en las estanterías que consiguen estremecerme así que las esquivo todo lo posible.
-Aunque es probable que eso sea lo de menos. Quizá quería confiscártela para regalársela a su novia o algo así...- mientras me adentro en casa me pregunto que habrá sido de la habitación de nuestros padres y de la mía propia. Quizá sea mejor no saberlo, ojalá me limite a quedarme en el sofá.

-Tienes una casa bonita... ¿a qué te dedicas...?- bien, eso suena trivial y a la vez me interesa. Me voy superando...

En el momento que acepta, sonrío de forma tímida y por mi mente pasan cientos de preguntas. ¿Qué se supone que iba a hacer con él? ¿Dónde iba a dormir? Por unos segundos pienso en la habitación de Roger pero ese pensamiento desaparece rápidamente. No. Ni en su habitación ni en la de mamá y papá. Tan solo con pensar en ello se me hacía un nudo en la garganta.

-No, no-Cogí la bolsa y caminé por la casa en dirección a mi habitación mientras él me seguía de cerca-.Es la única tienda de la ciudad con algo un poco diferente... Esa ropa y mi pelo es mi propia forma de rebelarme contra todo esto.

Le miro de reojo y le pillo observando las fotos de la estanteria.

-O por dejar clara su autoridad-suspiré-.Estoy acostumbrada a verlos hacer cosas de este estilo.

Cuando oí su pregunta me paré en seco frente a la puerta de mi habitación. Apreté los dientes con fuerza y tras inspirar para relajarme la abrí. La bata de los laboratorios esta tirada sobre una silla, la esquivé con la mirada y dejé la bolsa encima de la cama.

Me giré para mirarle fijamente. Odiaba decir donde trabajaba. Lo odiaba con todas mis fuerzas. La gente muchas veces se mostraba reticente a continuar hablando conmigo cuando se lo decía, porque creerían que estaba de su parte.

Le hice un gesto para que me siguiera abandonando la habitación. Sabía que tenía que darle una respuesta, pero me daba miedo que pudiera rechazarme.

-En los laboratorios-Me paré en mitad del pasillo y me volví hacia él. Por unos momentos no me atreví a mirarle directamente, y menos cuando me di cuenta que me había parado justamente delante de la habitación de Roger. Miré hacia su interior, todo estaba prácticamente igual que cuando él se fue. Apenas me atrevía a entrar dentro, porque sabía que si lo hacía no querría volver a salir de allí en horas-.No me siento orgullosa de ello. Pero no tengo otra opción.

Sonrío con satisfacción y orgullo cuando la oigo hablar sobre su forma de revelarse y sus teorías sobre los Draculoids. Siempre ha sido lista, no es ninguno de esos autómatas que se limitan a vivir y obedecer a BLI como si nada. Que no sea una Killjoy me da igual, de hecho lo prefiero porque así sé que correrá menos peligro, me basta con saber que está "despierta".

Observo su habitación con interés pero procuro mantener la mente en blanco y no recordar todo lo que hemos vivido en su interior. Las risas, las confesiones, incluso la música.
Cuando menciona los laboratorios no puedo evitar quedarme helado y sorprendido. Siempre he sabido que tiene potencial, es brillante y sé que se le daría bien cualquier tipo de tarea intelectual pero los laboratorios... no, no es lo que me hubiera gustado para ella, maldita sea.

Desvío entonces mi atención hacia la habitación que tenemos al lado, la que una vez fue mía. Sigue igual que la última vez que la vi y eso me produce escalofríos. ¿Cuántos años han pasado?, ¿6, ¿7? Y todavía sigue todo ahí, como si el tiempo no hubiera pasado cuando lo que debería haber hecho es olvidarme. Sabía que entrar era un error pero cada vez va a peor.

-¿Por qué no?- pregunto tras su última declaración, acercándome a ella hasta cogerla de un antebrazo para obligarla a mirarme -Podrías hacer cualquier cosa que quisieras, Anna, con lo lista que eres...- mi lengua se desata, habla más de lo debido y cada vez me cuesta más mantenerla controlada así que opto por soltarla y soy yo el que se aparta.

-Me quedaré en el sofá y me iré por la mañana, no quiero molestarte más de lo debido- me dirijo al comedor, que a fin de cuentas sé sobradamente dónde está, y me dejo caer en el asiento con la cabeza hecha un lío.

Que me coja del antebrazo me pilla por sorpresa, suelto un respingo y no puedo evitar mirarle. Con cada palabra lo único que consigue es que el nudo en mi garganta vaya a mas y sienta deseos de echarme a llorar.
Creo que se dio cuenta, pues me soltó inmediatamente y se apartó casi como si quemara.
Me mantuve en silencio mientras le seguía al comedor, sabía de sobra que si intentaba contestarle se me quebraría la voz, pero aún así necesitaba justificarme.

-No puedo hacer lo que quiera...-susurré manteniéndome alejada-Ellos mataron a mi familia. Asesinaron a mis padres por que intenté ayudar a mi hermano con su adicción al Battery. ¿Crees que me puedo sentir orgullosa de trabajar para los que me lo quitaron todo?-Apreté los puños con fuerza y evité su mirada-Tenerme cerca es su manera de tenerme vigilada por lo que pasó y de no perder una "mente brillante". No podría irme ni aunque quisiera.

Me derrumbé en el sofá y me pasé las manos por el pelo intentando no mirarle y toparme con sus ojos. Tras unos minutos me tranquilicé pero seguía sin atreverme a mirarle.

-No molestas-suspiré-Nunca hay nadie en esta casa mas que yo y... se agradece tener compañía.

Me mordí el labio y me decidí a mirarle.

-¿Y tú?-pregunté observándole atentamente-¿Eres de "los buenos"?

-No puede ser...- musito por lo bajo cuando empieza a darme explicaciones más concretas. Apoyo la frente en mis manos entrelazadas y los codos en las rodillas, algo hundido.
Después de todos los sacrificios que he tenido que hacer descubrir que la obligan a obedecerlos como si fuera una simple esclava o algo así me destroza por dentro. ¿Para esto he luchado?, ¿para esto ha servido morirme? Me siento más frustrado que nunca y sin embargo lo único que puedo hacer es tragar saliva y callarme, consolarme con la idea de que está viva y tiene todo lo que necesita a pesar de que algunas cosas no sean de su agrado. A fin de cuentas el mundo perfecto que quisiera para ella tampoco existe.

-Lo importante es... que tú estás bien- termino concluyendo antes de apoyarme sobre el respaldo del sofá escuchando como menciona el hecho de tener compañía. "¿Me echas tanto de menos cómo yo a ti...?"

-Supongo que depende de lo que entiendas por "buenos"- gesticulo las comillas con los dedos y giro la cabeza para mirarla -Estoy en contra de BLI y de sus Scarecrows, si es eso lo que quieres saber, pero me parece que eso lo he dejado bastante claro hace un momento- recuerdo el golpe del Draculoid con una sonrisa algo traviesa y entonces adopto una postura algo más erguida.
-Yo ni siquiera vivo en la ciudad, esa es la verdad. Pertenezco al desierto, es el único sitio en el que me siento libre y yo mismo- me encojo un poco de hombros, quitándole importancia al asunto. Me incomoda tanto hablar de mí mismo...

-La verdad es que no soy muy interesante y cuanto menos sepas de mí mejor. No quiero que acabes metiéndote en líos por el simple hecho de hablar conmigo- además si llegaran a hacerle algo sería capaz de volar la maldita ciudad entera y no es una idea que en principio me entusiasme... -¿Qué tal si cenamos algo?- propongo recordando que en la cocina debe de haber ingredientes suficientes para elegir. Menudo lujo.


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OFF: Deja de ser tan encantadora que si no cuando quiera acosarte me diréis que soy un enfermo.... xDDDDDDD

Escuché atentamente como hablaba de los Scarecrows y de su vida en el desierto. No parecía tener demasiadas ganas de hablar de ello, o eso creía hasta que dijo que saber demasiado de él podría meterme en líos.
En parte, agradecía que mantuviera cosas en secreto tanto por mi seguridad como por la suya, pero por otro lado me hubiera encantado escuchar más cosas acerca de él y del desierto.

Le analicé con la mirada un rato, intentando que no se me notara demasiado la fascinación que sentía por la gente como él. Dijera lo que dijera, a mi me resultaba interesante.

-Claro-respondo levantándome de un salto y dirigiéndome a la cocina. -¿Algo en especial, Chico del desierto?

Mientras observa con curiosidad la cocina, no puedo evitar dejar de mirarle. Supongo que viviendo en el Desierto dormir en una cama y cenar algo caliente o recién hecho era todo un lujo.
Me siento en la encimera de la cocina y espero su respuesta analizando su mirada. Si me concentraba solo en sus ojos, era como volver a ver a Roger por unas milésimas de segundo. Sabía que no me hacía ningún bien recordarle, pero no podía impedir seguir buscando la mirada de Eric para reencontrarme con él unos segundos.



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Off:
No puedo!! Es que leyendo esas cosas que dices no me queda otra opción!! xD Que yo también me estoy conteniendo para no darte un abrazo.
Segun tu llevas espiandome 6 años...creo que ya estás enfermo de hace tiempo jajaja Por cierto, bonito Banner :3

Sonrío algo más relajado cuando nos movemos hasta la cocina y me apoda "chico del desierto". Supongo que no imagina que ya tengo mi propio mote pero prefiero que siga así, conocer a Kobra Kid sería demasiado peligroso para ella.
-Déjame ver...- ni corto ni perezoso empiezo a abrir la nevera y algún que otro cajón con confianza, mostrándome entre sorprendido y fascinado por la cantidad de cosas que hay a elegir. La verdad es que me resulta difícil decidirme pero al final no puedo evitar decantarme por mi plato favorito desde que era un crío.

-Un plato de espaguetis sería fabuloso- admito con una sonrisa de emoción. Así de simple soy yo, supongo que la mayoría hubieran preferido caviar, langostas, pato y cosas rebuscadas por el estilo.

Es entonces cuando empiezo a notar que su mirada me busca a menudo y aunque desearía devolvérsela hago justo lo contrario, empiezo a esquivarla sintiendo que me va a descubrir en cualquier momento, que me va a pegar una merecida bofetada y me exigirá que me marche por ser un mentiroso de mierda.
"Hum, joder", repentinamente mi vista acaba deteniéndose en sus piernas, colgando de la encimera, olvidándome de todo lo demás. La última vez que estuvimos juntos en casa, el día del accidente, ella sólo tenía 15 años. Está claro que ha crecido... y yo me siento como un pervertido por estar pensando en estas cosas.

Sacudo la cabeza, un tanto avergonzado, y espero a que empiece a sacar los ingredientes y utensilios necesarios para ayudarla (o estorbarla, según se mire) todo lo posible. La verdad es que a menudo me hago el despistado más de la cuenta para acabar topándonos el uno con el otro, no puedo evitarlo.

-¿Les echas de menos...?- acabo por preguntar de repente y sin venir a cuento. Creo que conozco la respuesta pero a pesar de eso soy egoísta, quiero escucharlo.


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OFF: Sí, pero una cosa es espiar y otra cosa es titiririri~ [inserta aquí tu propia idea cochina xD]
En fin. Ya te dormirás (XDDDDDDD)

Le contemplo mientras revuelve los cajones y abre los ojos sorprendido al ver la cantidad de comida que hay.
Cuando decide lo que quiere, me quedo en blanco unos segundos. Intenté despejar mi mente al recordar que ese era uno de los platos favoritos de Roger, pero mis recuerdos me juegan una mala pasada y por unos instantes le veo sentado en la mesa y comiendo aquellos espaguettis.

Me bajo de un salto de la encimera y saco todas las cosas necesarias para hacer la cena. Dejé que me ayudara, aunque se me hacía extraño tener a alguien correteando por la cocina y más hacer comida para dos.

Abrí una de las estanterías de arriba para coger los vasos. Aún me preguntaba por qué no los había cambiado de sitio, siempre tenía que estirarme para alcanzarlos y muchas veces acababa rompiendo un par de ellos. Al oir su pregunta, giré demasiado rápido la cabeza y me di contra la puerta. Solté un grito y me llevé una mano a la sien.

-Au...mierda-gemí frotándome la zona afectada. Noté los ojos llenos de lágrimas, pero esta vez no sentí vergïenza de que pudiera verlas, con el golpe que me había dado bien podía haber sido por eso-¿Tú que crees?-esbocé una sonrisa triste y agaché la cabeza- Todavía me cuesta entrar en sus habitaciones, mirar sus fotos... Se que han pasado muchos años pero no consigo hacerme a la idea de que no van a volver.

Me sequé las lagrimas con la mano e intenté tranquilizarme. Pero no podía. No acostumbraba a llorar desde hacía algun tiempo, pero cuando lo hacía no había nada que pudiera tranquilizarme fácilmente.

-Primero mis padres y luego a mi hermano-Pegué una patada al armario que tenía detrás y me llevé las manos a la cabeza.-Y todo por mi culpa, porque no supe ayudar bien a Roger...-Cerré los ojos y me llevé las manos a la cara-Quiero que vuelvan...


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OFF: Miedo me das... viejo verde! xD

Cuando se lleva el golpe casi me abalanzo sobre ella pero al final me contengo y simplemente me quedo cerca.
-¿Estás bien? Deja que lo haga yo...- estiro el brazo y le alcanzo los vasos con total facilidad. Todavía recuerdo cuando le pedía a mi madre que los cambiara de sitio y siempre me respondía "¿Para qué? Si tú ya eres nuestra escalera personal". Lo que me sorprende es que Anna siga conservando esta manía.

Después, y a pesar de todo, mi hermana me responde con una sinceridad que me parte el alma. Esperaba que dijera simplemente que sí, ahora me doy cuenta de que la he cagado mucho más de lo que creía. Soy un bocazas, siempre me pasa lo mismo.

-¿Por tu culpa?, ¿qué culpa tienes tú de que BLI os hiciera todo eso? Seguro que hiciste lo que pudiste...- y aunque no fuera así, aunque no hubiera hecho absolutamente nada, seguiría sin ser su culpa. No entiendo como puede pensar algo así, no me entra en la cabeza.
Al final bajo la mirada hasta mis botas sin saber ni qué decir. "Estoy aquí, soy yo. Ya he vuelto". Ojalá, ojalá fuera tan sencillo....

La rodeo entonces con mis brazos y la atraigo con suavidad a mi pecho, envolviéndola con actitud protectora y afectuosa.
-Tienes que superarlo, Anna. No puedes hacerte esto a ti misma...- le pido con un suspiro, a sabiendas de que es algo muy fácil de decir pero complicado de llevar a cabo.

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OFF: Ya quisiera yo que un "viejo verde" así me acosara O____O

A pesar de sus intentos de hacerme sentir mejor, apenas lo conseguía. No podía evitar sentirme como la culpable de lo que les pasó.

-Quizás pude haberles ayudado más...-gemí apartando la vista.

Quise disculparme por haberme puesto así, pero su abrazo me pilla por sorpresa y hace que me olvide de lo que iba a decirle. Me dejo llevar hacia él y apoyo la cabeza en su pecho sin mediar palabra. Cierro los ojos y escucho el latido de su corazón, latiendo con fuerza contra mi mejilla, notando sus brazos a mi alrededor.

Conseguía tranquilizarme. Inspiro profundamente y paso los brazos por su espalda, agarrándole la camiseta. Necesitaba algo así mas a menudo.

Muevo la cabeza, acariciando su pecho con mi mejila. Dios... ¿hacía cuánto que un abrazo no me calmaba de esta manera? Me llega un olor a tierra, a arena, probablemente del Desierto. No me desagradaba, si no todo lo contrario... Me gustaba mucho.

Cuando vuelve a hablarme, siento la vibración de su voz en su pecho, hace que me estremezca, pero me niego a apartarme.

-Lo se. Es solo que... se fueron los tres. De repente.-Me seco los ojos y me aparto ligeramente de él agachando la cabeza y descubriendo la mancha de lágrimas que le había dejado en la camiseta-Perdona...-Paso la mano por la zona mojada sin saber muy bien por qué, como creyendo que se fuera a quitar con solo tocarlo-Debo parecer un poco estúpida

Le sonrio y le revuelvo un poco el pelo. No solía tomarme tantas confianzas con cualquiera, pero él se estaba ganando mi confianza a marchas forzadas.

-¿Qué tal si seguimos con tu cena?

Al notar sus suaves brazos rodeándome y sosteniéndose en mi ropa siento como las piernas me tiemblan por un momento. Por suerte me sobrepongo enseguida y acabo hundiendo el rostro en su mullido cabello anaranjado.
Así nos mantenemos varios minutos, entrelazados y en silencio, hasta que decido hablar y ella empieza a reaccionar.

-A mi me pareces una princesa preciosa- le respondo con embelesamiento antes de que empiece a revolverme el pelo, algo a lo que no me opongo y recibo con una risotada, como un juego. Ni siquiera me molesto en peinarlo de nuevo cuando termina.

-Ah sí, la cena- arqueo ambas cejas acercándome a los fogones, comprobando que todo sigue en su sitio y no se ha quemado, al menos no demasiado. La verdad es que ya se me había olvidado por completo.

Al cabo de poco ya lo tenemos todo listo y servimos los platos aunque me cuesta bastante comer sin armar un estropicio después de tantos años sin probar espaguetis. No recordaba que fueran tan complicados de dominar, parezco un niño que todavía no ha aprendido a sujetar su propia cuchara.
-Han quedado muy buenos- afirmo convencido y asintiendo varias veces aunque no hace falta gran cosa para que a mí me parezca un manjar.

-¿Has pensado en comprar alguna mascota?- propongo tras comprobar el silencio que hay en la acogedora pero solitaria casa. Creo que son difíciles de conseguir, o al menos eso tengo entendido, pero ya no estoy muy enterado de las leyes y regulaciones concretas que rigen la ciudad así que quién sabe.
Mientras tanto me afano en usar la servilleta inútilmente porque creo que la salsa llega a rincones de mi cara que ni sabía que existían.

Apenas ceno. No tengo demasiado apetito pero me entretengo mirando de reojo como come. Supongo que para él esto sera todo un manjar mientras que para mí es una simple comida como otra cualquiera.

Sonrio a modo de agradecimiento y revuelvo los espaguettis como esperando encontrar algo en el fondo del plato.
En cuanto vuelve a romper el silencio le miro con atención. No es que nunca me hubiera planteado tener una mascota...De hecho lo había pensado cientos de veces.

-Si... Pero, bah, ya sabes como son las cosas por aquí. Serían meses de papeleos y chorradas burocráticas. Quizás con suerte en un año podría tener un gato después de que comprobaran que no puede resultar un riesgo al Régimen el echo de dármelo.

Me encogí de hombros.

-Ni que se pudiera destruir la ciudad con un gato de cuatro meses-bufé.

Cuando vuelvo a mirarle, tras desviar mi atención al armario con el que me había golpeado, le encuentro debatiendose con la servilleta. Realmente es un espectáculo digno de admirar, pero me da miedo que se pueda tomar a mal que le mire en ese momento, así que agacho la cabeza y dejo que coma tranquilo.
De vez en cuando le echo una ojeada. Supongo que no puedo evitarlo, me parece fascinante.

Me limito a reír por lo bajo ante su indignación. Supongo que no debería hacerlo pero es que me resulta graciosa incluso cuando intenta enfadarse.
-No creo que tenga nada que ver con el hecho de que el animal pueda ser peligroso. Les conviene que estemos solos y desesperados, teóricamente así somos más vulnerables y manipulables. Aunque en realidad depende de cada uno- arqueo una ceja y la miro inquisitivamente, preguntándome si con ella funciona esa estrategia o no. Por desgracia me temo que en gran parte sí, me hubiera encantado enterarme de que tiene un montón de amigos o incluso... No, pareja no.

Tras terminar con mi plato y varios vasos de Coca-Cola empiezo a palparme el vientre totalmente lleno. Muchos chicos de mi edad podrían comerse dos platos como el mío pero acostumbrado a la escasez ahora mismo ya no me cabría ni un alfiler.
-¿No tienes hambre...?- pregunto un poco extrañado y totalmente ingenuo -Si te encuentras mal y puedo hacer algo...- no sé ni porque lo digo, ¿qué podría hacer yo al respecto? Supongo que nada excepto cumplirle cualquier capricho o antojo.

Me levanto entonces y empiezo a recoger la mesa, no me gusta sentir que me dan cosas sin hacer algo a cambio, después me encargo del lavavajillas con facilidad. Al menos lo que es colocar los distintos platos como si de un tetris se tratara.
-No hace falta que te quedes si estás cansada... A menos que te dé miedo- le dedico una sonrisa burlona pero sinceramente espero que no sea así.

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OFF: Te doy la excusa perfecta para "limpiarme" la cara y la desaprovechas, si es queee xDDDD

Niego con la cabeza ante su pregunta.

-No mucha... Demasiadas emociones por hoy supongo

Cuando continua con la frase, abro los ojos asombrada. Se que no iba con segundas, pero no puedo evitar pensar en cientos de cosas que podría hacer. Como dormir conmigo como hacía Roger cuando me encontraba mal... Noto como se me sonrojan las mejillas y rápidamente evito la imagen de Eric metido en mi cama. Vuelvo a negar con la cabeza y me levantó de golpe.

Eh...no. Creo...-recojo los platos y los pongo en el fregadero. ¿Cómo se me había ocurrido esa idea? Me siento una pervertida-Aunque, quizás se me ocurra algo-susurro.

Seguimos recogiendo y en cuanto habla sobre mi posible miedo por tenerle rondando por casa enarco una ceja y sonrio maliciosamente.

-¿Miedo? ¿Tú? ¡Já!-me acerco a él y le miro directamente a los ojos-Duermo sola todos los días, no creo que me acobarde pasar una noche con alguien que tiene problemas para limpiarse con una servilleta -sonrio burlonamente mirando un mechón de su pelo manchado por la cena.

Me alejo un paso sin parar de mirarle, al advertir que estamos demasiado cerca.

-Y no, no estoy cansada. Creo que podía vigilarte durante toda la noche.


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OFF: jajajajaj, Ahora me pesa haber desaprovechado la oportunidad... Pero ya estoy viendo que o te meto en la cama o voy a espiarte mientras duermes~

-¿Nata con fresas?- propongo cuando menciona que ya se le ocurrirá algo. La verdad es que no entiendo porque se ha puesto nerviosa de repente pero quizá es como yo y no le gusta demasiado hablar de sus propias cavilaciones y preocupaciones así que no insisto, tampoco quiero presionarla.

Sonrío tranquilamente cuando alega que no me tiene miedo, me alegra oírlo aunque a la vez pienso si no será demasiado confiada. Espero ser alguna especie de excepción por resultar demasiado "Roger".
-¿Entonces por qué te apartas...?- avanzo el paso que acaba de retroceder y ladeo un poco la cabeza mientras le aparto un poco el pelo de la cara, aunque no me recreo demasiado con el gesto porque acabo riéndome. Parece como si quisiera dejar claro que es muy "dura" pero sólo consigue seguir siendo encantadora.

-Pero no lo vamos a convertir en una competición, ¿verdad? Porque yo pienso dormir como un tronco- estiro los brazos hacia arriba y bostezo perezosamente, aunque enseguida me contengo al caer en la cuenta de que podría acabar viendo mi tatuaje así que me recompongo la ropa torpemente.

-¿Me prestarás una manta...?- espero a que reaccione a la petición y entonces vuelvo al sofá, empezando a desatarme las botas mientras miro de reojo los cojines. Al menos éstos sí son nuevos.

Y yo que se por que me aparto...quizás porque me pone nerviosa estar tan cerca de alguien o porque por unos segundos quise acercarme más...

Se estira y le contemplo mientras lo hace, pero antes de que se de cuenta de que lo estoy haciendo me doy la vuelta y me dirijo a la habitación para cogerle mantas para dormir.
Abro el armario y cojo un par de mantas y una almohada. Me daba rabia que durmiera en el sofá habiendo camas libres... solo esperaba que entendiera que me daba no se qué meterle en esas habitaciones.

-Toma-Le alcanzo las mantas y coloco la almohada sobre el sofá.

Espero unos minutos sin saber muy bien que hacer. Lo último que me apetece era acostarme ahora, pero él parece demasiado cansado para que a mi se me ocurriera insistir.

-Duerme todo lo que quieras. No hace falta que te largues antes de que me despierte...

Sobrevolé su pelo con mi mano unos segundos hasta que al final me decidí a acariciarlo. Hubiera preferido un abrazo o algo así, pero me daba vergüenza pedirlo.

-No te vayas sin despedirte ¿eh?

Le dediqué una sonrisa y me fui a la habitación, sabiendo que esa noche tardaría bastante en dormirme.

Dejo que me ayude a preparar mi improvisada cama, que aún así al menos sé que no tendrá arena, y recibo la caricia en mi pelo gustosamente. Mucho me temo que a ella tampoco se le da muy bien el sexo contrario, quizá se trate de algo genético.
Ante ese pensamiento no puedo evitar esbozar una sonrisa muda que acabo borrando ante su pequeña insistencia en despedirme. No sé, es como si me hubiera leído el pensamiento o algo así.

-Puede que cuando te vayas a trabajar todavía esté aquí como un lirón- acabo respondiendo mientras me acomodo todo lo posible y me envuelvo con las mantas -Buenas noches...- añado al ver como se aleja en dirección al pasillo, tras lo cuál cierro los ojos y me dejo llevar.

Por un instante pienso que me costará demasiado dormirme, el lugar, la situación, Ella... pero estoy tan cansado que incluso a pesar de todas esas cosas rondándome por la cabeza mi cuerpo se acaba rindiendo.




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OFF: Te dejo "tomar la inicitiva" y si no tranquila que ya lo haré yo, pero luego no quiero quejas ~