This is me, in the Mirror [Hermanos Hampton]

El reloj marca las dos de la mañana y yo aún sigo tan despierta como si fuera mediodía. Doy vueltas en la cama intentando conciliar el sueño pero por más que lo intento no lo consigo. Cierro los ojos e intento evadirme de cualquier pensamiento pero Eric y Roger aparecen en mi mente como un fogonazo y me veo obligada a volver a abrirlos.

Humph...si tan solo pudiera dormir un par de horas...

Pero dan las tres de la madrugada y sigo despierta. Atenta a los ruidos de la casa, como si creyera que en cualquier momento podría oir la puerta cerrándose.

Me incorporo y suspiro intentando relajarme. ¿Es por que me recuerda a Roger? ¿Es por eso por lo que no puedo dejar que se vaya sin al menos despedirse?
Aprieto los dientes con fuerza y me enfrento a una parte de mi. Él no es Roger. Por mucho que te despidas de Eric, seguiras sin haberte despedido de Roger, y lo sabes.

Aparto de una patada las sábanas y me levanto de la cama sin dudarlo ni un momento. Total, no iba a dormir... ¿qué mas me da estar despierta en mi habitación que en el salón?

Asomo la cabeza por el marco de la puerta y distingo su figura tumbada en el sofá. Me acerco intentando hacer el menor ruido posible y en cuanto le veo destapado veo una oportunidad para aproximarme a él y taparle.
Menuda excusa barata...
Le arropo y no puedo evitar quedarme a su lado, contemplando como duerme.
Al cabo de un rato termino por sentarme a su lado sabiendo que si ya había llegado hasta aquí no me iba a marchar rápidamente.

Una vez más vuelvo a acariciarle el pelo mientras le miro distraida, pero esta vez acabo deslizando mis dedos por su mejilla, sintiendo su tacto suave y cálido bajo mis yemas.

-Ojalá sigas aquí cuando vuelva de trabajar...

Me acerco temerosa a su rostro y le beso la frente con dulzura, casi sobrevolando su piel con mis labios por miedo a despertarle.
Por muy duro que pudiera haberme parecido cuando pegó al Draculoid, ahora me trasmitía una ternura que me hacía sentir deseos de arroparme bajo esa manta junto a él.

Tras pensarlo, acabo olvidándome de esa idea, y me conformo con cogerle la mano como habíamos echo esta tarde y hacerme un ovillo apoyando la cabeza en los cojines sobre los que estaba tumbado.

Sueño con un ángel que me arropa y me acaricia entre nubes de algodón. Su dulce aroma me envuelve como si fuera otra caricia más y su cabello me roza la cara provocándome un cosquilleo agradable que consigue hacerme sonreír. Dice algo que no entiendo pero no me importa porque suena a música celestial. Todo es tan perfecto... es tan perfecto que acabo por darme cuenta de que no es verdad.

Cuando me despierto lo hago con tremenda lentitud, parpadeo varias veces y procuro situarme ya que al principio parece que siga en ese sueño utópico, con un ángel a mi lado.
Tras un largo rato contemplando en silencio y algo soñoliento el rostro cercano de Anna decido moverme, dejando claro que estoy despierto.

Me llevo una mano a los ojos y empiezo a frotarme los párpados, procurando despejarme un poco.
-¿No puedes dormir...?- alcanzo a preguntar en apenas un susurro mientras cambio de postura, poniéndome de lado.
Entonces aparto las mantas y me quedo mirándola a la expectativa. No creo que sea necesario pronunciar una invitación y así puedo evitarme la vergüenza de ser rechazado, algo por lo que tampoco la culparía.

"¿Quién te cuidaría mejor que yo....?"

Se despierta, y aunque me parezca increíble, no me aparto de un salto al encontrarme de nuevo con su mirada.

-No-suspiro sentándome en el hueco que me acaba de dejar libre.-Siento haberte despertado.

En el momento en el que veo ese trozo de sofá libre, no puedo contenerme y acabo tumbándome a su lado y tapándonos con las mantas. Me hago un ovillo a su lado intentando dejar un poco de espacio libre entre ambos, aunque resulta casi imposible. Respiro profundamente, armándome de valor y paso el brazo por su cintura para acercarme a él.

Cierro los ojos y espero alguna contestación o un movimiento que indique que no se siente agusto, pero ninguna de las dos cosas parece llegar.
Mi cuerpo se relaja y la mente se me despeja de todos esos pensamientos de posibles rechazos.

Podría quedarme así el resto de mi vida

-Gracias...

-No importa...- contemplo complacido como accede a recostarse a mi lado y dejo que se acomode lo mejor posible mientras me aseguro de que la manta la cubre completo, arropándola.
Enseguida noto que su brazo me rodea y le devuelvo el gesto, apoyándola contra mi propio cuerpo pero manteniéndome tranquilo a pesar de todo.

Acabo apoyando el rostro entre su pelo y noto como poco a poco su respiración se atenúa y se vuelve más pausada. Resulta casi hipnotizante y sobretodo sedante, creo que hacía mucho tiempo que no me sentía tan a gusto a pesar del reducido espacio. O quizá sea precisamente por eso...

-Te quiero....- musito entonces abriendo los ojos de repente, aunque no me muevo ni un ápice porque me he quedado petrificado. ¿De verdad he dicho eso en voz alta...? Bueno, creo que ya está dormida...

Siento calidez a mi alrededor, una respiración tranquila en mi pelo que consigue calmarme. Es como estar en el sueño perfecto. Me siento protegida y se que alguien estará ahi cuando me despierte. Alguien que me quiere...

No puedo evitar despertarme al oir una tormenta lejana. Me estiro ligeramente pasándome las manos por la cabeza.
Definitivamente, hoy había alguien que parecía querer que no durmiera.

Hundo mi rostro en su cuello notando su respiración en mi pelo,como en mi sueño... Le vuelvo a abrazar ante un nuevo trueno, esta vez más cercano y no puedo librarme de pensar en las similitudes de mi sueño con lo que realmente estaba viviendo. Todo es igual... excepto una cosa.

Aquella voz que me había dicho que me quería, ¿había sido otra jugarreta de mi mente? Intento creer que no, había sonado demasiado real para ser un sueño, pero no tendría mucho sentido que lo hubiera dicho... ¿no?
No, no lo tenía. Pero mi mente no para de repetir esa frase una y otra vez, hasta el punto de creer que realmente lo esta diciendo.
¿Cómo me sentiría si volviera a decir aquellas simple palabras?

- Yo también te quiero...

Cuando empiezo a relajarme, convencido de que no ha pasado nada porque seguía apaciblemente dormida, Anna acaba por añadir una respuesta que no sé si hace conscientemente o entre sueños.
La verdad es que ese detalle no me importa demasiado, el simple hecho de oírla pronunciarlo consigue que el pulso se me acelere. Por un momento creo que me va a estallar el pecho y me entran ganas de dar un grito, de saltar o yo que sé, pero me contengo porque la tengo al lado y lo último que quisiera es molestarla.

Hacia tanto tiempo que nadie me decía algo así, aunque sea entre sueños y quizá ni se haya dado cuenta, para mi es especial y no puedo evitar pensar que si alguien tenía que decirlo era precisamente ella. ¿Quién si no? No existe nadie igual de dulce en el mundo.

La beso en la frente cariñosamente y entonces siento que me sabe a poco. Me encanta, desde luego, y aún así siento que no es suficiente. "Ni hablar, esto no puede estar pasando" pienso para mis adentros horrorizado ante lo que no puedo evitar. Me gusta tenerlo todo siempre controlado, así es más seguro para todos, así me protejo y esa es mi armadura invisible.

Por eso los sentimientos me asustan, aunque nadie lo sepa, sobretodo cuando se me escapan de las manos y de mi propia alma.

"Esto... está mal y no va a pasar" me convenzo a mí mismo haciendo acopio de voluntad para volver a tranquilizarme y cerrar los ojos. Ésta vez me resulta mucho más difícil pero finalmente consigo dormirme de nuevo.

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OFF: Los posts más cursis de todo el foro. Y me encanta xDDD
Puedes hacer que te despiertas para ir al curre cuando quieras, él seguirá en el sofing º_º

Me despierto lentamente al oir el despertador en mi habitación. Suelto un suspiro al pensar en tener que apartarme de él, pero si aquel horrible timbre seguía sonando le acabaría despertando.
Lo apago y vuelvo al salón arrastrando los pies. Me encantaría volver a arroparme bajo esas mantas de nuevo y no ir al trabajo, pero me
arriesgaba a que alguno de sus empleados viniera a ver por qué no había ido.

Olvídate Anna, no puedes ponerle en peligro por un capricho.

Me visto mientras se hace el café y meto la bata en el bolso mirando distraida las fotos que tengo sobre el escritorio. En cuanto oigo el café subir lo aparto del fuego y me sirvo un poco. Creo que el café era de lo poco que podía tomar en cualquier momento del día.

Eric se revuelve un poco en el sofá y me acerco a él tras mirar el reloj. Ya iba tarde.

-Eric, tengo que irme-susurro arrodillándome a su lado.- Duerme todo lo que quieras, estás en tu casa.

No parece reaccionar demasiado a mis palabras, debe estar mas cansado de lo que parecía. Le doy un beso en la mejilla, y me quedo unos segundos pegada a su piel.

¿Y si no estás cuando vuelva...?

-Cuídate mucho, ¿vale?

Tras notar la calidez de la piel de Anna en mi mejilla consigo despertarme del todo. La he oído ir y venir, moviéndose por casa y por la cocina, pero sólo como un murmullo algo lejano.
Ahora compruebo que ya está a punto de marcharse a trabajar, la verdad es que esa rutina diaria ahora mismo se me antoja como una tortura pero supongo que ella está acostumbrada y no quiero entretenerla demasiado.

A pesar de eso, cuando se levanta dispuesta a marcharse la retengo cogiéndola de una muñeca. Me quedo mirándola dubitativo un instante pero enseguida hablo.
-¿Te gustaría que nos volviéramos a ver...?- acabo por preguntar soltándola entonces, mientras me incorporo en el sofá hasta quedarme sentado.

En realidad no debería haberlo preguntado porque mi propia respuesta debería ser un rotundo "no" pero a veces no es tan fácil limitarse a seguir a la razón.

Tan solo el hecho de pensar que pueda no volver a verle hace que me encuentre mal y sienta deseos de adoptarle como si de un animal se tratara. Es muy egoista por mi parte, pero no puedo evitarlo.

Cuando suelta aquella frase aun somnoliento, me vuelvo hacia él y me siento a su lado. No sabía como actuar estando él despierto. Mientras duerme, me da cierta confianza porque se que no puede rechazarme... pero ahora...
No puedo contenerme y acabo abrazándole con fuerza.

-Si, por favor.

Le suelto ligeramente, algo sonrojada.

-Cuando quieras-sonrio.

La sigo con la mirada mientras se sienta un tanto extrañado. No estoy seguro de su horario pero diría que ya estaba a punto de irse así que no debería entretenerse más de lo necesario.
Recibo su abrazo con grata sorpresa aunque en el fondo me apena un poco porque me hace pensar que se encuentra sola y yo quisiera que fuera feliz.

Le froto la espalda con suavidad y la escucho responder escuetamente pero con decisión. La verdad es que no hacen falta más palabras cuando lo ha dejado tan claro.
Cuando se aparta un poco la miro, y seguidamente mis manos le sostienen la cara para levantarla y obligarla a mirarme de cerca, muy cerca.

-Está bien...- le susurro a modo de respuesta mientras ladeo un poco la cabeza, acercándome más y buscando sus labios sin disimular, con lentitud, dejándole tiempo suficiente para apartarse, oponerse o cualquier reacción que crea conveniente porque yo... no voy a detenerme ahora.

En el momento en el que sostiene mi rostro entre sus manos, me quedo muda. Creo que me responde algo pero me empiezo a sentir tan aturdida cuando se acerca que mi mente queda en blanco, incapaz de reaccionar.

Tan solo puedo notar el tacto de sus dedos en mi cara y su respiración lenta acercándose cada vez más a mí. Cierro los ojos y siento miedo. A despertarme, a oir el sonido chirriante del despertador y que todo sea otra jugarreta más de mi mente.

No sé que hacer. Es como si la parte racional de mi cerebro se hubiera escondido y no me dijera que era lo que tenía que hacer.
¿Qué problema hay en acercarme un poco más? ¿Que hay de malo en sentirse querida unos segundos?
Dejo que se acerque, acariciando mis labios con los suyos, sintiendo mi pulso acelerarse...

Noto como una descarga eléctrica por mi espina dorsal y mi cerebro parece volver a funcionar.
¿Te has planteado que quizás haces todo esto porque te recuerda a Roger?
Aparto los labios lentamente antes de que vaya a más y apoyo mi frente en la suya, sintiéndome el ser más estúpido de la Tierra.

-Lo siento...-me diculpo en un susurro apenas inaudible y esta vez soy yo la que sostiene su rostro entre mis manos, acariciando su mejilla con el pulgar.

Me gustas, pero tengo miedo...

-Lo siento.

Vuelvo a discupalrme, aunque se de sobra que no espero un "no importa" o "no pasa nada". Le beso en la mejilla, tan solo esperando que me perdone o pueda llegar a enterderlo y marcho de casa, aún sin saber del todo porque me había apartado.



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Off: Pero que trágico es todo... xD Me ha costado mucho decidirme si partarme o no T_T

Cuando ya creía estar tocando el cielo todo se desvanece como si de un castillo de naipes se tratara. Seguía soñando y al parecer no me había dado cuenta. ¿En qué estaba pensando?
Dejo que se apoye en mi frente, que sujete mi cara, pero me limito a mirar hacia abajo avergonzado.

-No pasa nada- me limito a responder ante su segunda disculpa aunque en realidad es mentira, simplemente no quiero que se sienta culpable o mal por haberme rechazado ya que a fin de cuentas ha sido lo más sensato.

Al instante siguiente oigo como la puerta se ha cerrado y ella ya no está así que apoyo la frente en mis manos y empiezo a llorar, en silencio.
No sé si es por el asco que me doy por haberlo intentado o por no haberlo conseguido pero creo que en el fondo prefiero no saberlo.
Me siento abatido, derrotado y vacío. Esto es lo que he conseguido por desprenderme de mi armadura invisible: nada. Una nada que se extiende por mi interior y me consume.

No sé cuánto tiempo ha pasado cuando alcanzo a reaccionar y me levanto del sofá. Puede que segundos, minutos... o horas enteras.
Me detengo junto la mesa al distinguir algo en ella. Una de las pulseras de Anna que probablemente ha dejado atrás por las prisas o porque sencillamente no le apetecía ponérsela. Me acerco a ella y me la pongo, sin intención alguna de devolverla a su sitio.

Después dejo una nota en el mismo sitio en la que escribo un escueto "Perdóname" para acabar dejando sobre ella algo a cambio: un sencillo colgante de obsidiana que suelo llevar casi siempre encima, aunque sea por debajo de la ropa.

Spoiler:

Finalmente me dirijo a la puerta y al abrirla no puedo evitar girarme por última vez para contemplar mi propia casa con nostalgia.
-Yo ya estoy muerto- sentencio con rotundidad antes de cerrar con un portazo y salir de allí con un rumbo muy distinto al de mi hermana.


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OFF: Toma drama! En teoría hemos acabado a menos que te apetezca escribir lo que haces al volver o algo así. Lo has hecho de lujo que lo sepass

Me planto delante de la puerta y espero unos segundos antes de decidirme a meter la llave en la cerradura y girarla. Ante mis ojos se muestra el salón vacío, con las mantas perfectamente dobladas sobre el sofá. El silencio inunda la casa pero me niego a creer que él ya no está ahí.
Suelto el bolso de golpe y recorro la casa entera, buscándole por cualquier rincón de las habitaciones, esperando que salga de detrás de una puerta o de su escondite.

Pero nada.

-Eric...

Me quedo plantada en mitad del salón a punto de echarme a llorar y sin saber muy bien que hacer.

¿Ya está?
¿Y ahora qué? ¿Aquí acaba todo? Otra vez vuelta a la normalidad, a la rutina, a la monotonía de mi vida. Me derrumbo en el sofá, hundiendo mi cara entre los cojines y llorando hasta tal punto que me costaba respirar.
Pataleo unos segundos y me quedo boca arriba intentando tranquilizarme aunque apenas lo consigo.

¿Cómo puedo haber sido tan estúpida? ¿Tanto miedo tenía a mostrar mis setimientos? Lo único que he conseguido es que se fuera y quizás... no le volviera a ver.
Ante esa idea, lo único que consigo es rebuscar en el bolso hasta encontrar el teléfono de Holly. ¿Pero para qué? ¿Para preguntarle por una persona que puede que ni conociese? Y encima ni siquiera tenía el Battery que me había pedido...

Suelto el teléfono y un brillo sobre la mesa me deslumbra ligeramente, captando mi atención al instante. Me acerco a la mesa y contemplo el colgante durante unos segundos un tanto aturdida. Lo sostengo con la mano y leo la nota que hay justo debajo.
Apreto con fuerza el colgante mientras recuerdo vagamente haber dejado allí una pulsera mía que ya no está.

Me pongo en colgante sin dudarlo un segundo mirándolo con atención.

-No pienso olvidarte tan fácilmente-suelto saliendo de casa y cerrando la puerta a mi paso.


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Off: Eso si que ha sido trágico! T_T poco me falto para llorar xD uu gracias :3 hace falta que te repita que me encanta como escribes? xD a ver cuando nos volvemos a encontrar~

OFF: Yo he llorado mientras lo escribía... pero hay que tener en cuenta que yo lloro incluso con las pelis de Disney xDDDDDD
En teoría mi PJ ya no va a dejar que le veas, o al menos lo intentará, pero supongo que se nos ocurrirá algo =P