Abúrrete, pero en compañía [Stella]

Salí del despacho de Korse mas contenta de lo que había estado en mucho tiempo, por fin, después de mucho tiempo volvería a salir fuera de la cárcel en la que se había convertido la base para mí. Mi fingido secuestro había estado bien los primero días, luego se convirtió en algo absolutamente aburrido.
Llegué a la sala central donde Alec estaba haciendo el perro y me senté a su lado con una radiante sonrisa.
- Pregúntame porque estoy tan feliz.

La miré entrar sonriente y cuando me casi ordenó eso, tuve que soltar una carcajada, era imposible no hacerlo.
-¿Por qué estás tan feliz?
A lo mejor había tenido una maravillosa idea, ¿quién sabe? Cuando Stella quería, podía pensar muchísimas cosas, que sacaban de quicio a cualquiera, pero que acababan siendo ideas brillantes.

Alcé una ceja al escuchar sus carcajadas e inmediatamente volví a sonreír.
- Korse y yo hemos tenido una gran idea. - comencé a decir cruzando las piernas sobre el sofá. - Por lo visto, Alex me sigue buscando desde que desaparecí, hemos pensado en fingir que me he escapado y así poder infiltrarme en los killjoys para manteneros informados de todo. - me encogí de hombros. - ¿A que es genial?

Korse y Stella, no sabía quién me daba más miedo de los dos. Escuché atento su sugerencia y asentí, era una buena idea.
-¿Crees que se darán cuenta?-pregunté.
Sabía que Alex estaba enamorado de ella, y sería tan tonto como para volver a confiar en ella, ¿pero y el resto de los killjoys?

Me encogí de hombros.
- Soy buena actriz, y más aún cuando se trata de sobrevivir... - afirmé en un tono de voz mas elevado de lo normal. Si, tenía la fea manía de gritar cuando no tocaba. - Alex me abrirá las puertas a los killjoys sin dudar de mi un solo momento y con que él confie en mi ya me es suficiente. - bajé el tono de voz al decir eso. - Los demás no me importan lo mas minimo. - sonreí.

No hacía falta que jurase que era buena actriz, lo había mostrado bastante a menudo los últimos días. Sonreí de lado.
-¿Y si hay alguien que esté detrás de Alex?-inquirí divertido.-Aunque te haya estado buscando, quizá haya algo o alguien que obstruya tus planes. ¿Y cómo piensas hacer? ¿Aparecerte allí sin más? Sí, ya sabes, en plan: "Hola Alex, cariño mío, he conseguido escapar"...

Sonreí ampliamente, recordando las muchas veces que había descubierto que alguna que otra chica iba detras de mi Alex.
- Si alguien va detras de Alex tendrá que joderse con mi llegada porque no pienso darselo. - comenté tranquilamente apoyando la cabeza sobre el respaldo del sofá. - Mmm.. no. Korse lo ha planeado todo. - apoyé una de mis piernas sobre las de él . - pondrá la base patas arriba, alarmas, perros, miles de nosotros arriba y abajo con las pistolas... vamos, como si realmente hubiese problemas aqui dentro. Y mientras la emergencia tiene entretenido a todo díos, yo, disfrazada con uno de nuestros trajes saldré de aqui. - me encogí de hombros. - Claro que, solo tu, yo y Korse estamos al tanto de este plan...me costará largarme

Solté una carcajada. Puta Stella, qué grande era. Asentí con la cabeza escuchándola.
-Vaya, la gatita saca las garras-bromeé.-Puedes llevarte un coche, le haces un puente et voila!-dije.-Pero el mío no, ese mustang está nuevecito y no voy a dejar que una loca como tú lo conduzca.

Solté un levé silvido al escuchar lo del mustang.
- ¿Mustang has dicho? Vale, pues ese cogeré. - dije entre risas. - Ademas, nose que estas diciendo si condzco mejor que tu concuentamil veces.

-Claro, Stella, claro... Tú conduces de maravilla-ironicé.-¿Por qué no coges el ferrari de Korse? No le importará, es por una buena causa...-miré la televisión un par de segundos y luego, volví a mirarla a ella.-¿Cuántos Killjoys estaban la última vez que los viste? ¿Seis, siete? ¿Crees que puede seguir alguno ahora o habrán muerto ya?

Rodee los ojos, no me apetecía discutir y solo porque me había tocado la moral cogería su mustang. Oh y tanto que lo haría y luego lo destrozaría.
- Ya veremos cual cojo. - zanjé el tema acomodándome en el sofá.
Miré a la pared.
- Éramos muy pocos, siete contándome a mí… - suspiré. – Y creo que ahora son más que antes. – afirmé mirando fijamente a un punto en concreto de la pared. - El battery se ha extendido por lo tanto también habrá mas rebeldes. – me encogí de hombros.

Sonreí de lado. Sabía que iba a coger mi mustang, ella era así de toca pelotas, pero no podíamos hacerle nada. Nos había servido de ayuda, y Korse aun la quería viva, misterios de la vida...
-¿Crees que puedes recordar el nombre de algunos de los Killjoys? Bueno, el apodo ese-la miré.

Si. Por supuesto que lso recordaba.
- No. - negué con la cabeza. - Ha pasado mucho tiempo y... yo nunca los llamaba por los apodos.

-Stella, ¿te das cuenta de que vas a volver a traicionarles? Korse va a querer saber todo. La calle donde viven, el piso, si tienen familia, sus nombres verdaderos. ¡Hasta la talla de zapato!-exclamé.-Y tú tendrás que decirselo. Porque ahora eres uno de los nuestros, y con Korse o estás en su bando, o estás muerto. Pero no puede haber dobles caras en los Scarecrow.

- Si no estoy muerta ya es porque Korse me quiere con vida, nose porque pero es así. - afirmé mirandole fijamente. - Ha tenido cientas oportunidades de terminar conmigo y no lo ha echo, sabe que soy una pieza fundamental en esta partida, tanto para los kill como para vosotros. - sonreí. - además, ¿y si os traiciono a vosotros también? ¿y si no vuelvo? ¿y si me invento la mitad de los datos? ¿que, eh? - grité. - ni korse ni nadie puede impedirme que lo haga y eso él lo sabe, por eso no juega conmigo.- bajé el tono de voz y me crucé de brazos.

Rodé los ojos. Me cansaba ese juego. Todos sabíamos que Stella no llegaría a ser en su totalidad parte de los Scarecrow, y si ahora nos traicionaba a nosotros, ¡boom! Korse se enfadaría demasiado.
-Estás loca si crees que vas a salir viva si juegas con Korse-negué con la cabeza.-Te encontrará. Por dios, Stella, él mismo comprobará que todos tus datos son correctos. Y recuerda. Tendrás que darnos la dirección de su queridisima base. Y él comprobará que es la correcta. Sabes como él. Le gusta hacer las cosas por si mismo.

Me puse en pié, me estaba sacando de quizio. Haría lo que a mi me diese la gana porque era yo quien me jugaba la vida cada vez que salia de alguna de las bases.
No tenía ni idea de porque Korse me había elegido a mi para proponerme el plan de la traición, no sabía porque no me había matado ya cn las veces que me había enfrentado a él... no tenía ni idea de nada, pero de lo qie si estaba segura era de que jugaría solo las piezas que yo quisiera, ni una mas ni una menos.
- Pues si le gusta hacer las cosas por si mismo no entiendo para que me necesita. - grité antes de dirigirme a la puerta.

-Porque eres la chica a la que Alex iba a pedir matrimonio-solté rodando los ojos. ¿Qué no era obvio? Korse no la había matado por eso. Porque Alex estaba enamorado y confiaba en Stella.-Si de verdad le quieres, no reveles a Korse absolutamente nada de él, y ándate con cuidado.

Paré en seco al oir sus palabras. ¿Que Alex pretendia hacer que? Miré al suelo, me habían entrado una repentinas nauseas, junto con una mezcla de conmocion, culpavilidad y angustia que me estaban mareando. Tube que apoyarme en la pared para no desplomarme sobre el suelo. Dejé caerme hasta el suelo y miré fijamente a la pared opuesta sin saber muy bien que decir o hacer, cosa que era bien rara.

-Te lo quise decir cuando vi a Alex salír de la joyería aquel día. Pero Korse me lo prohibió-confesé.-Mira, Stella, quiero que cuando vayas allí, te planteés seriamente a quién eres leal. Porque una vez que traiciones a alguno de los dos bandos, ya no habrá vuelta atrás.

Suspiré profundamente, quería llorar, quería ir a donde fuese que estba Korse y matarlo, quería matar a todos, killjoys inculidos... cerré los ojos cuando una lagrima caia por mi mejilla.
- Nose que hacer Alec. - afirmé dejando a un lado mi fachada de mujer fría y solitaria. - Tu eres lo unico bueno que he sacado de todo esto de los Scarecrow, asi que haz algo. - dije con desesperacion . - ayudame o matame, no me importa, pero haz algo.

Suspiré y me levanté. Me dejé caer a su lado y eché la cabeza hacia atrás, pensando.
-Viniste aquí porque no confiabas en que los killjoys consiguiesen vencernos. Ahora tienes la posibilidad de ayudarnos a nosotros o de ayudarles a ellos. No es una cuestión de a quién eres leal, no. Esto es una cuestión sobre si quieres salvar tu vida o no-dije serio.-Si quieres a Alex, ve allí, danos un par de datos verdaderos, y después, danos datos falsos. Mándanos la dirección de algún killjoy que te caiga mal o que consideres un peligro, y así sabremos que estás siendo leal. Si no le quieres, haz lo que Korse quiere. Dános la información que nos servirá para eliminarles del mapa y tener el mundo bajo nuestro poder.

- Vine por eso además si no venia me mataban Alec. - apoyé mi cabeza sobre su hombro y cerré los ojos. - Quiero a Alex, claro que lo quiero, pero me tiene harta con sus ideas estupidas sobre la libertad, me tiene harta con el battery y me tienen harta sus ansias por matar a korse y terminar con todo esto. No vamos a ningun lado asi, solo conseguirá que nos maten a todos... - me sequé las lagrimas de la cara con las mangas del jersey. - Arriesgamos nuestras vidas día a día y nunca hay ningun resultado plenamente satisfactorio... El día que estabilize mi vida y tenga un hijo no quiero estar escondiendolo por miedo de quye usen su sangre o que me lo maten, no quiero ese tipo de vida, por eso vine con vosotros Korse me prometió una vida traquila y lujosa, pero por otro lado tampoco quiero un mundo lleno de yonkis con ansias de tomar una pastilla, ese es el problema.

-Hubo un chico... Se llamaba Dastan-sonreí de lado.-Es, era, el hijo de Korse. Sería el heredero de todo esto. Pero se negó a vivir en un mundo así, como tú dices. Dastan pensó que su padre le entendería-solté una carcajada seca.-Korse mandó a los guardias que le matasen, y ahora Dastan está desaparecido. Quiero decir, que Korse no es sensible, no es bueno, no. Korse quiere poder. Todo el poder que pueda contener este planeta. Lo quiere para él y no le va a importar matar a nadie. A pesar de todo lo que te prometan, de los te quiero... Da igual, Stella. Lo único que importa aquí, es salvar la vida.