Change [Stella]

Tenía que hablar con Stella, eso me estaba consumiendo por dentro. Que ella hubiera cambiado no era una excusa para haber hecho lo que había hecho, no se merecía eso de ninguna de las maneras. Esperé en el sofá con una cerveza a que ella entrara a la casa para enfrentarme a ella, para saber toda la verdad y que ella también la supiera.

Llevaba días sin encontrarme demasiado bien. Me mareaba con facilidad, tenia mucho hambre y vomitaba casi a cada instante, temía haberme enfermado ya que eso no era lo que necesitaba en estos momentos precisamente...
Me compré un cargamento de mandarinas, fruta que nunca antes había querido probar porque su olor me repulsaba, y fui directamente a casa de Alex dispuesta a comérmelas de una sentada.

Entré y, al hacerlo supe que él estaba allí.
- Hola, amor - saludé animadamente, sonreí radiante y me senté a su lado para después darle un beso.
Abrí la bolsa de mandarinas y comencé a comérmelas casi con ansias.

Lo siento, me equivoqué de personaje xDDD

Sonreí de medio lado, algo nervioso y le devolví el beso con cariño. Había engordado un poco, pero no quise darle importancia. Acaricié su pelo y luego me reprimí el impulso de seguir acariciándola, tenía que decirle la verdad. -Stella... Tengo que decirte algo. -suspiré y luego la miré- ¿Cómo puedes tener tanta hambre? Jamás te han gustado las mandarias.

Sonreí al sentir sus caricias, su contacto me hacia sentir mas fuerte y mas segura. Pelé una mandarina y gajo a gajo fuí comiendomela. Nunca me habia parado a saborear bien la mandarina, el sabor agrio y al mismo tiempo dulzón era una maravilla.
Ignoré lo primero que dijo y me quedé mirandolo parada. su comentario me había sorprendido.
- No lose... - contesté dejando las mandarinas sobre la mesa sintiendome culpable por pasarme el día atiborandome de comida... Estaba engordando de mala manera.

-Stella... -susurré cogiéndole las manos- ¿Estás bien? Tienes ojeras, por las noches parece que estás enferma... Me preocupas mucho -dije serio- ¿has ido al médico? -estaba nervioso, tanto por su estado como por lo que tenía que decirle.

Miré nuestras manos sin saber muy bien que decir.
- N..no. - afirmé. - Yo me encuentro bien Alex. - sonreí tranquilamente al verle tan serio. - No te preocupes. - le dí un leve apretón a sus manos- Va, que era eso que tenias que decirme - pregunté animadamente intentando parecer saludable.

-Yo... Bueno... -susurré y aparté las manos, ella no se merecía que la estuviera engañando de esa forma. Me froté la frente y eché mi pelo hacia atrás, escodiéndome tras mis manos. Las volví a apartar, dejándolas sobre mis rodillas e intenté mirarla a los ojos, tenía que ser sincero y directo- Besé a Holly -confesé de golpe, sintiendo cómo se me salía el corazón del pecho- sé que está mal, y si me odias, lo entenderé, pero no podía mentirte, Stella, porque... pase lo que pase, te amo.

Eso sí que no me lo esperaba. Sus palabras fueron como un jarro de agua fría cuando está nevando. ¿Él? Lo había podido esperar de cualquiera, pero, ¿qué él me traicionase? ¿Y cómo diablos había salido Holly de la base?
-No bromees-susurré mirándole.-Holly está en la base de Scarecrow, ¿no?-Y luego rectifiqué.-Quiero decir, ¿por qué con Holly, Alex? ¡Me odia! ¡Había millones de chicas con las que engañarme, ¿y la eliges a ella?!

Sentí cómo todo mi cuerpo se tensaba, cómo todo mi mundo se caía encima. Ojalá hubiera podido arroparla, consolarla, pero era el hijo de puta que la había destrozado.
-Yo... No sé lo que ocurrió, Stella... -me mordí el labio inferior y escondí la cara entre las manos-

-No ha funcionado-me dije a mi misma. Mi estúpido plan de encerrarla con los Scarecrow no había servido. Finalmente, Holly había conseguido a Alex, aunque él dijese que me amaba y estuviese ahí dando la cara.-¿Y qué se supone que tengo que hacer yo ahora? ¿Perdonarte y hacer como que no ha pasado nada? ¿Evitar a Holly porque si la veo, la mato? ¿Y bien, Alex? ¡Respondeme, ya que eres tan inteligente!

Levanté la vista de golpe y me enfrenté a su dura mirada.
-¿Qué es lo que no ha funcionado? -dije reparando en su tono de voz tan bajo- Stella, no te estoy pidiendo que me perdones, sólo que te debo lealtad, y no sabría mentirte. Eres tú quien ha de tomar una decisión y no interferiré en ella.

-¿Qué más te da lo que no ha funcionado?-dije de manera borde.-No, Alex, ¿sabes qué pasa? Que estoy cansada-confesé.-Cansada de que siempre sean los killjoys, de que sea Holly, ¡Holly! ¡La que me iba acusando de ser una Scarecrow!-negué con la cabeza.-¿Y con ella? ¿Qué le has visto? Y lo último que supe de esa cría era que estaba encerrada con los Scarecrow. ¿Cómo diablos salió? Ah, no, espera. ¡La sacaste tú!

Me eché hacia atrás en el sofá, todo lo que me estaba diciendo eran... palabras dolorosas, pero tenía razón. ¡Me iba a casar con ella! Y no había hecho más cosas que hacerlo todo mal.
-Stella... No sé qué me pasó con Holly. Ella estuvo ahí cuando estuve buscándote, cada día de mi vida y... No lo sé, cuando fui a rescatarla, porque la prometí que nodejaría que la pasara nada... Acabé besándola, y no me arrepiento. Me arrepiento de que haya sido cuando estoy contigo. Porque no está bien. Porque... Nos íbamos a casar. Ahora no sé qué querrás hacer.

Suspiré y me levanté. Me quité su anillo y lo dejé sobre la mesa.
-No voy a casarme con alguien que pone su vida en peligro para rescatar a una niñata que desconfía de mí. Y que encima, se besa. Y no te preocupes-susurré mientras abría la puerta.-Dile a Holly, que pienso darle recuerdos a Alec de su parte.

Sentí cómo las lágrimas venían a mi.
-Stella... -murmuré, pero sabía que ir detrás de ella no serviría de nada.
Me tiré sobre el sofá y empecé a llorar.