Interrogatorio [Stella, Holly & KK]

Tras llegar a la base, y seguido en todo momento por Holly, nos dirijimos a la sala de reuniones. No tenemos ningún tipo de habitación destinada a interrogar o encerrar gente así que tendremos que conformarnos con esto: una sala relativamente amplia con una mesa, muchas sillas y alguna que otra butaca.

Siento a Stella en una silla con un resoplido de cansancio y le desato las muñecas sólo para acabar atándoselas de nuevo, aunque esta vez en los reposabrazos de la silla. Después le quito el vendaje de los ojos y le miro el feo golpe de la cabeza que he tenido que darle para dejarla KO. Está un poco hinchado pero nada grave.

-Holly, tengo que decirte algo más...- miro de reojo a mi compañera con algo más de nerviosismo del habitual en mí mientras bajo las únicas persianas de la sala -Cuando llegué hasta ella se sujetaba la barriga y murmuraba algo, no sé el qué. Creí que sería porque tenía algún tipo de herida reciente o algo por el estilo pero no...- me callo y me quedo mirando a Stella. No creo que tarde mucho más en despertarse.

-Necesito que compruebes si ha... engordado respecto a la última vez que la viste...- quizá sea una paranoia pero preferiría estar seguro.

Había preferido no decir nada en todo el trayecto, se suponía que Stella sabía lo que había pasado entre Alex y yo, ¿verdad? Entonces, ¿cómo iba a reaccionar ella al verme? ¿Por qué nos había traicionado a todos?

Observé como Kobra la ataba a la silla, nunca me había gustado interrogar a las personas, y mucho menos después de que Alec me secuestrase, pero supuse que esa sería una variante.

Le escuché, atenta. ¿Stella y engordar en la misma frase? Venga, eso era un vacile, ¿no? ¿O quizá mis sospechas...? Mierda. Observé a la chica, de arriba abajo, y sí, definitivamente había engordado.

-No me jodas...-susurré llevándome las manos a la boca.-¿Crees qué...? Joder, joder. Ha engordado, sí, sí. ¿En serio crees que puede estar...? ¿De Alex...?

-No tengo ni idea de quién puede ser... Si está embarazada tampoco puede llevar mucho, apenas se le nota con la ropa- puntualizo con el ceño fruncido antes de fijar mi mirada en Holly -Pero eso no le va a servir para manipularme. Y a ti tampoco- espero que se tome unos segundos para mentalizarse y crearse una barrera emocional si lo cree adecuado porque lo que no vamos a hacer es mostrarnos vulnerables.

-Voy a buscar unas cosas... No te muevas de aquí- deposito en ella toda la responsabilidad de cuidar tanto de la prisionera como de la sala y me marcho. Nos van a hacer falta algunas... "herramientas de persuasión" que no tardaré en reunir.

Suspiré y cogí otra silla, sentándome, observándola. No parecia tener mal aspecto, y el embarazo... Sí, definitivamente, ese hijo era de Alex, joder... Si las cosas no estaban complicadas de por si, ahora, con esto...

-Joder, Kobra tuvo que ser bastante bestia para dejarla grogui tanto tiempo-comenté en voz alta.

Sólo tenía las heridas que Kobra le había hecho, definitivamente, los Scarecrow debían de tratarla bastante bien y ofrecerle algo que nosotros no podíamos.

Observé la puerta, y de nuevo a Stella, me ponía nerviosa estar a solas con ella, ¿por qué? Quién lo sabe...

Me encontraba mareadísima, la cabeza de retumbaba a ritmo de tambor y todo me daba vueltas a pesar de tenía los ojos cerrados. Parpadeé un par de veces antes de abrirlos, y aunque no conseguí abrirlos del todo, por ello tuve intención de levantar la mano para restregarme los ojos pero, en ese momento me di cuenta de que estaba atada a la silla. Abrí los ojos del todo sacando fuerzas de la nada y me di cuenta de que estaba en un sitio que conocía bastante bien en el cual no tendría porque estar ahora… ¿Qué hacía yo en la base Killjoy?

Alcé la mirada y pude ver a Holly sentada en una silla no muy lejos de donde yo estaba y al verla lo recordé todo. La entrada de Kobra y sus golpes, mi miedo y sus amenazas… Me puse totalmente pálida al recordar la última escena y agaché la mirada para ver si mi barriga estaba bien, recordaba que Kobra se había dado cuenta de que escondía algo en esa zona. ¿Me habría golpeado? ¿Le habría pasado algo a mi bebé?

Me mantuve con la cabeza agachada observándome con atención, aparentemente no tenía nada, ni siquiera me dolía tanto como en el escondite… Ahora mismo mi dolor se centraba en mi cabeza, la cual aún me daba vueltas.

Mi corazón dio un vuelco al verla moverse. Estaba bien, y no sé por qué motivo, me aliviaba. Miré de nuevo a la puerta, nada, ni rastro de Kobra.

Suspiré lentamente y me eché el pelo hacia atrás, pensando. La observé, se examinaba temiendo estar gravemente herida, pero Kobra me dijo que no era nada grave, ¿verdad? Ojalá y así fuese.

-¿Te encuentras bien?-pregunté, titubeando.-¿Quieres un vaso de agua?

Lamentablemente, yo no era Kobra, mis sentimientos y mi culpabilidad estaban presentes en ese mismo instante.

Me encontraba totalmente centrada en mi estomago, tanto, que me sorprendí al escuchar a Holly, y para colmo, su voz hizo que la cabeza me retumbase. La sensación era prácticamente igual a cuando te levantabas con resaca solo que en estos momentos seguramente tuviese un buen golpe y no simplemente un mareo pasajero.

Alcé la mirada de nuevo esta vez para mirarla fijamente. Tendría que sentir odio y rabia al verla, tendría que ponerme a gritar y patalear para matarla, debería hacerlo, pero ni siquiera tenía fuerzas para eso. Me limité a quedarme un buen rato mirándola, esperando a que todo lo de mi alrededor parase de dar vueltas y ella dejase de parecerme doble. Cerré los ojos, suspiré y al abrirlos todo se había calmado.
- ¿Me puedes mirar si tengo algo en la barriga? – me limite a decir.

Mi estómago se encogió y yo asenti levemente con la cabeza, mientras me acercaba a ella.

-Kobra no te golpeó en la barriga, creo-susurré mientras observaba su vientre, y después suspiré.-¿Estás embarazada, Stella?

Quería saberlo, si ibamos a interrogarla, si ella estaba esperando un hijo de Alex, no quería que ninguno de los dos corriese ningún riesgo.

-Está todo en orden-aseguré después de revisarla y cogí una botella de agua.-¿Quieres beber?

La miré con atención mientras se acercaba. No recordaba haberla dejado nunca que se me acercase para algo que no fuese totalmente obligado por Alex o por los demás. Siempre había tenido ese “algo” contra ella, nosotras éramos ese tipo de personas que no lograríamos nunca llevarnos medianamente bien ya que o nos ignorábamos o nos matábamos. Pero ahora, quería que lo hiciese, necesitaba que se acercase a mí y me confirmase que todo iba correctamente y que mi estomago no había recibido ningún golpe.

Suspiré aliviada al escucharla y asentí levemente.
- Sí, quiero agua. – No iba a contestarle a lo otro. Primero tendría que pensar un poco en que hacer o decir porque tal y como Alec y yo habíamos planeado Alex no se tenía que enterar de nada. Y así iba a intentar que fuese.

Abrí la botella, y la acerqué a sus labios, ayudándola a beber. Si la desataba, Kobra me mataría y yo no quería eso, la verdad. Cuando ella acabó de beber, dejé la botella en la mesa y la miré, seria.

-Stella, necesito saberlo-susurré.-Por mucho que nos hayas traicionado, ese niño o niña, no merece ser golpeado o maltratado, joder. Reacciona.

Me froté el cuello nerviosa.

-Stella, vas a ser interrogada, y sabes como lo hace Kobra, si ese niño es tuyo y de Alex, o sea de quien sea, me da igual, ni si quiera pertenece a ningún bando. Puedo evitar que Kobra te golpee tanto que pierdas al niño, pero necesitamos información, ¿vale?

Sonreí levemente durante una milésima de segundo para agradecerle el gesto de que me hubiese ofrecido agua, realmente estaba todo lo sorprendida que el desconcierto me permitía, yo no lo hubiese echo por ella…

Agaché la mirada mientras la escuchaba hablar. No quería escucharla, no quería saber lo que me iban a hacer, no quería oír que Kobra me iba a golpear hasta que perdiese de nuevo el conocimiento con tal de saber cosas que estaba segura que no sabría responder, no quería y punto.
Suspiré y cuando calló volví a alzar la mirada, pero me limite a eso, no abrí la boca. No estaba segura de cómo actuar.

Suspiré y me dejé caer en la silla, mirando el suelo.

-Mira, quiero a Alex, sí, le quiero. Y por no eso no me siento capaz de permitir que si ese niño que llevas en tu vientre es suyo, sufra. No entra en mis principios dejar que un bebé en desarrollo pase por todo esto-me mordí el labio inferior.-¿Por qué nos traicionaste? Quiero decir, ¿te ofrecían más paz, más tranquilidad?

Enarque una ceja al escuchar sus primeras palabras pero terminé riendo levemente, todo lo que mis pocas energías me permitieron y miré al suelo.
- Sé que le quieres, lo sé desde antes que tu – dije simplemente aún mirando el suelo y sonriendo. – al principio me lo tomaba a broma, no eres la primera ni la ultima que cae bajo los encantos de Alex, él es especial. – la miré todavía sonriendo, esta vez más tiernamente. - Siempre ha tenido algo que hace que te enamores de él una y otra vez, que a cada mirada que te dedica creas que estas en el séptimo cielo y que a cada sonrisa, mueras y vuelvas a nacer así sin más. – negué con la cabeza. – Por eso no dudé en olvidar todo lo que me habían enseñado Korse y mis padres, por eso dejé la lujosa vida que llevaba, por eso lo abandoné todo… por él. Por amor se hacen muchas locuras Holly, tenlo en cuenta. – la miré fijamente. - Pero luego, pasaron cosas y… – cerré los ojos, suspiré y preferí omitir detalles. – volví y todo había cambiado. Él te miraba de la misma manera que tu a él y por ello te odio Holly, con toda mi alma, pero por ello me odio a mi también –afirmé. – Que esté así… - levanté las manos todo lo que me fue posible. – Me lo he ganado yo solita y yo solita voy a enfrentarme a ello.

Miré a la puerta con miedo de que Kobra apareciese.
- Y no te voy a decir si estoy embarazada o no, juzga por ti misma... – preferí dejarlo en el aire, estaba segura de que Holly entendería las palabras ocultas que tenían mis palabras y que entendería que no se lo decía era por algo importante.

La escuché, atentamente, poniendo todo mi interés en sus palabras, y sí, tenía razón, Alex me hacía sentirme así, especial. Escuché cada una de sus palabras, su historia, y finalmente, suspiré ante su última frase.

-Si das a luz a un Sunshine, Korse va a querer experimentar con él, Stella-susurré, algo asustada.-Yo... por mucho que me odies, o por mucho que desconfie de ti, no me gustaría que eso sucediese. Aunque mandases a Alec a secuestrarme-sonreí levemente.-No quiero que tú y tu bebé sufráis daño alguno, porque él ni si quiera ha nacido y no forma parte de los killjoys o de los scarecrow, así que no puede ser juzgado como tal.

Sonreí levemente al escucharla. estaba alucinando, no sabía si todo me lo estaba imaginando y mi subconciente me estaba haciendo escuchar cosas que no eran o simplemente no conocía tanto a Holly como yo creía que la conocía.
era una chica admirable, era una pena que la situación fuese de la manera que era... Quizás en la otra vida llegasemos a congeniar mejor.
- Tengo más presión sobre Korse de lo que todos os creéis, sino estaría muerta. Y a mi hijo no lo va a tocar ni diós, y Korse y Alex los que menos.

La miré, sí, no tenía ninguna duda.

-Ese hijo es de Alex, ¿verdad?-susurré.-Por eso no quieres que nosotros lo sepamos, porque crees que se lo diremos a Alex y Alex lo reclamará o no sé qué movida rara, ¿no?-se me escapó un "aaaaaws".-Jopé, un mini Alex, eso sí que tiene que ser cuqui...-y luego volví a ponerme seria.-No podemos dejar que Kobra te pegue, así que, no sé, me inventaré algo para que los golpes no vayan a zonas donde tengas riesgo de perder a tu hijo-aseguré, sonriéndole.

Sonreí con ella al escuchar lo de "mini Alex". Le había dicho a Alec que deseaba que el niño no se pareciese en nada a Alex físicamente, que quería que no me recordase a él, que se pareciese a mí, pero realmente no deseaba eso. Siempre había soñado con tener un mini alex escuchando las batallitas de su padre antes de irse a dormir y pasándose el día diciendo las mismas tonterias que soltaba el padre a todas horas.
No dije nada sobre el tema, no quería hablar del tema embarazo.
- Grácias Storm. - eso sí que debía hacerlo, aunque me jodiese en el alma.

-No se dan las gracias cuando se odia a la gente-le guiñé un ojo divertida y miré hacia la puerta.-Kobra debería llegar pronto, tampoco se ha ido tan lejos.

Me preocupaba que Kobra tardase, la verdad, porque él no era de perderse por la base. ¿Habrían llegado ya los otros? No, si no, seguro que habría escuchado voces, sí, seguro.

En cuánto abro la puerta me encuentro con Stella ya despierta y aparentemente hablando con Holly, tan tranquilamente que no puedo evitar mirar a ambas inquisitiva y alternativamente. No me jodas, yo creía que se estarían tirando de los pelos... pero bueno, mejor así.

-¿Me he perdido algo importante?- me acerco hasta la mesa y dejo sobre ella una palangana bastante amplia pero poco profunda en el interior de la cuál descansa una garrafa llena de algún líquido transparente parecido al agua, pinzas, tijeras, alicates, una sierra... y poca cosa más. Tampoco pretendía perder mucho tiempo buscando cacharros pero puede que sólo con ver el repertorio a alguien se le afloje la lengua. ¡Ojalá...!

-Darme una alegría y decidme que ya podemos soltarla- me cruzo de brazos y espero pero la verdad es que lo dudo mucho.

Ver entrar a Kobra a la sala fue como si de nuevo, me pegasen un golpe en la cabeza. Todo empezó a darme vueltas y comencé de nuevo a verlo todo doble.
- Joder… - susurré lo suficientemente flojo como para que solo pudiese oírme yo misma. No sabía porqué pero escuchar su voz fue todavía peor que verle, esto tendría consecuencias graves, estaba segura…

Agaché la cabeza de nuevo y miré al suelo. No quería ver más de lo que ya había visto que traía. Notaba como, poco a poco, mi cuerpo se tensaba, sabía que ahora venía lo bueno y ahora era cuando Stella Jane Mayor, demostraba que tenía aguante para todo.

Observé a Kobra entrar en la sala con la palangana, y me dio un vuelco el estómago, me acerqué a él, agarrándole suavemente del brazo y acerqué mis labios a su oído, para que sólo pudiese escucharme él.

-No la golpees el vientre, ni el pecho-susurré.-Es una petición, pero si no lo cumples, será una orden, Kobra, y yo no quiero dar órdenes a compañeros. Por favor.

En esos momentos tenía mucho miedo de que Stella perdiese a su hijo, hija, lo que fuese, y no me sentía capaz de permitirle a Kobra que pusiese la vida del bebé en peligro, todo menos eso.

-¿Desde cuando puedes darme tú órdenes?- miro a Holly un poco incrédulo y después a Stella, de reojo -Lo haré porque me lo pides como amiga, no por una maldita orden- aclaro antes de empezar a apretarme los nudillos hasta que éstos crujen.

Me acerco a la silla de Stella y la giro hacia mí, manteniéndome aproximadamente a un par de metros de distancia de ella para que no me alcance con las piernas.
-Ya has demostrado ser una chica muy dura y orgullosa y te felicitamos por ello, en serio, tienes valor. Pero sería mejor ahorrarnos esa mierda que hay encima de la mesa y que nos expliques lo que les has dicho a los Scarecrows sobre tu estancia aquí... ¡Es muy fácil!- le dedico una sonrisa y entonces me inclino apoyando las manos en mis rodillas -¿Te crees que somos como los Scarecrows que disfrutan haciéndote sufrir? Pues no, pero si me obligas tendré que hacerlo... aunque preferiríamos poder soltarte y que seas libre con tu futuro hijo. No vamos a retenerte si no nos obligas...- aclarado esto vuelvo a la emsa, vacío la palangana y empiezo a llenarla de agua mientras observo a Stella de reojo.

No pude evitar enarcar una ceja al escucharle. Que sabría él de todo lo que estaba hablando, que sabría él de cómo me trataban o dejaban de tratarme los Scarecrow… no pude evitar sonreír levemente. Agradecí que el pelo me tapase la cara porque de seguro que si Kobra me viese ahora mismo me hubiese echo polvo la herida de la cabeza, como la otra vez y quería evitar cosas como esas, ya tenía la cabeza lo suficientemente dolorida como para ello.

No pude evitar alzar la mirada cuando habló de mi futuro hijo. Eso sí que no. Que hablase de mí lo que quisiese, de Korse, de Holly, de quien le diese la gana pero de mi hijo no. El odio se reflejaba en mi mirada, pero no dije nada. Y seguiría callada hasta que se largase de la sala.

Me volví a sentar en la silla, mirando a Stella y después a Kobra. Sabía que no íbamos a conseguir que hablase, y hablar sobre su futuro hijo solo haría que se enfadase más aun si eso era posible.

-¿Por qué no empiezas con preguntas concretas?-murmuré mirando a Kobra.-Por ejemplo, que nos diga por qué se marchó. Algo tendrían que ofrecerle los Scarecrow para que se marchase, ¿no?

Queria que la tensión que había en la sala se calmase.

-Ya sabemos porque se marchó- entorno los ojos exageradamente e ignoro las miradas de Stella. Si se siente mejor odiándome que lo haga, a mí esos detalles me dan igual proviniendo de ella.

-Y no digo que no tuviera buenos motivos porque yo hubiera hecho lo mismo- me encojo de hombros y dejo la garrafa con ímpetu sobre la mesa, provocando un ruido sordo -Lo que me gustaría saber es porque nos traicionó. A todos. Cuando el culpable sólo era uno...- frunzo el ceño y arrastro la silla hasta la mesa, dejándola sentada frente a la palangana llena de agua en la que puede ver su propio reflejo.