We'll never go home! [Holly]

Me froté las manos impaciente. Había dejado el coche escondido detrás de unas dunas, escoltado por un par de Scarecrow y yo llevaba su moto. La niña esa que estaba desciquiando a Stella suprondría un grave problema así que, lo mejor era cortarlo de raíz, ¿y qué mejor que secuestrarla y llevarla a base? Un rato en celdas y tal y seguro que suplicaba que la matásemos, aunque antes, tendría que interrogarla.

Acababa de salir de casa, había diho que no tardaría absolutamente nada en llegar a la base y esperaba que eso se cumpliese. Aceleré un poco más y en pocos minutos ya estaba atravesando el desierto, tenía que ser puntual, ese día me había levantado con un mal presentimiento.

Sonreí al verla pasar con la moto y aceleré, poniéndome detrás de ella. Correr por el desierto nos daba una gran ventaja, a ambos, por que los dos nos sabíamos mover por esa zona, y si Holly era tan buena como Stella decía, entonces tendríamos bastantes problemas para capturarla.

Miré por el espejo retrovisor al escuchar el motor de una moto que no era la mía. Mierda, mierda, mierda. Tenía toda la pinta de ser un Scarecrow, joder, joder, joder. ¿Dónde me he metido?
Aceleré aun más, y eché mano a la pistola. Estiré el brazo hacia atrás y comencé a disparar, guiándome por el reflejo del espejo retrovisor.

Me sorprendí al notar como uno de sus disparos pasó rozándome la mejilla, verla acelerar y conducir a la vez que disparaba y sus tiros eran buenos me sorprendió. Estaría bien tener a esa chica en la lista de próximos Scarecrow, pero eso no iba a ser posible. Sonreí de lado y saqué mi pistola. Disparé a la rueda trasera de la moto de la chica y sonreí satisfecho al ver que le había dado de lleno.

Noté como la moto perdía estabilidad por culpa de su disparo, me había reventado la rueda trasera, y eso era una putada bien grande. Al caer de la moto, mi pistola salió disparada a unos dos metros de mi cuerpo, pero me levanté con rapidez, aunque me dolía bastante el brazo. Me movi hasta conseguir mi pistola y apunté al chico.
-¿Qué coño quieres?-dije mirándole.

Alcé una ceja divertido al verla rebelarse contra mí. Me bajé de la moto de un salto y la observé. Di un par de pasos hacia ella.
-Pues verás, Little Bastard, resulta que últimamente, los Scarecrow estamos muy preocupados por vosotros-sonreí irónico.-Ya sabes, esa manía vuestra de meteros donde no os llaman... Es demasiado infantil. Y sobre todo tu manía de hacerlo todo a la perfección y querer saberlo todo. Está muy mal.

Solté una carcajada amarga al escucharle y disparé contra su hombro.
-¡No me vengas a decir ahora lo que está mal y lo que está bien, gilipoyas!-exclamé furiosa.
Él, un Scarecrow hablándome de lo que está bien y de lo que está mal. Chistoso, la verdad.

Me llevé la mano al hombro al notar como su laser me había dado de lleno. Tenía buena puntería, cierto. Pero me había cansado de sus juegos. Me di cuenta de que su hombro derecho, con el que sujetaba la pistola, estaba dolorido. Sonreí y disparé en dirección a su hombro, rozándolo. No quería darle de lleno, con hacerle un poco de daño y que tirase su pistola era suficiente.

Ahogué un grito al notar el calor del láser haciéndome herida en la piel. No de lleno, pero si lo suficiente como para que tuviese que soltar la pistola, que cayó a la arena. Saqué una navaja de la bota. Sí, yo también me había cansado. Sabía que podría matarme, pero prefería morir atacando que rendida. Que penosa era.
Me lanzé sobre él.

Reí al verla lanzarse sobre mí, detuve la muñeca de la mano con la que sujetaba la navaja e hice que la soltase, era diestra y su hombro no soportaría demasiado. Con rapidez, golpeé su hombro y puse mi brazo alrededor de su cuello, apoyando su espalda contra mi pecho.
-Mira, te voy a hacer un favor-susurré en su oido. Saqué una jeringa y se la clavé en el cuello sin delicadeza alguna.-Es un sofnífero mezclado con Battery. Digamos, que cabe la posibilidad de que aun tengas radio en tu sangre, ¿sabes? Y mientras las células de radio luchan contra el battery para defenderse, el sofnifero acabará durmiendote. Por lo cual, queridísima Holly Storm, cuando despiertes, habrás gastado tantísima energía, que no podrás ni si quiera hablar. Pero tranquila, tampoco es que tengas oportunidad de hacerlo-bufé y la solté en la arena, asqueado.

En cuanto noté el pinchazo en mi cuello, supe que ya no podría hacer nada más. Escuché atenta sus palabras, al menos, no me haría adicta al battery lo que supondría un alivio.
-Condeceme un último deseo-conseguí decir mientras notaba la arena abrasadora bajo mi cuerpo.-No dejes abandonada mi pistola en el desierto, por favor.

Solté una carcajada al escucharla. Sólo le importaba la maldita pistola, curioso. Cogí el arma y la guardé, y disparé al cielo con la mía, para que los guardias que custodiaban mi coche viniesen a por nosotros.
Lanzé a Holly en el asiento trasero, y ordené a uno de los dos scarecrows que llevase mi moto a la base y al otro, que conduciese el nuevo mustang que me había comprado.
Entré en el asiento del copiloto, y decidí que nada más llegar a la base, me curaría la herida.

Nos marchamos de allí, rumbo a la base.