Right here, right now [Holly]

Nada más llegar a la base, la metí en una celda, y dejé a un guardia a su cargo, con la pistola encima de la mesa donde guardaba el hombre las llaves. Habían pasado bastantes horas ya, y empezó a preocuparme que la dosis de medicamento que le di para que se durmiese la hubiese matado del todo.
Cuando me asomé a su celda, ella estaba apoyada contra la pared, parpadeando. Parecía cansada, pero no parecía darse por vencida.
-Eh, Jhon, trae una silla, voy a interrogarla-dije al guardia que la custodiaba.
No tardó mucho en llegar con una silla y un par de cuerdas para atarla, eso sería divertido. Me abrió la puerta, y tras dejar la silla y atar a Holly a ella, ordené al guardia que me dejase las llaves y se marchase.
-Seré breve-comenté dando vueltas a su alrededor.-¿Dónde está la base?

No me acordaba de mucho, simplemente me encontraba cansada, y el hombro me dolía bastante. Entonces fui recordando poco a poco al chico Scarecrow, la moto abandonada en el desierto... ¡MI MOTO HABÍA SIDO ABANDONADA EN EL DESIERTO! ¡Mierda! Me intenté levantar, pero estaba tan débil que las piernas me fallaron y tuve que dejarme resbalar por una pared hasta el suelo. Parpadeé lentamente, veía borroso y supuse que sería por la energía que el radio había usado de mi cuerpo para combatir el battery.
Escuché el ruido de llaves y el arrastrar de una silla y poco después la voz del chico que me había llevado hasta allí. ¡Qué cómico! ¡Yo secuestrada y sin mi pistola! ¿Dónde estaba mi pistola?
Giré la cabeza y la vi apoyada encima de la mesa del guardia que me custodiaba, me consideraban peligrosa, eso era bueno, quería decir que tenía una buena fama a mis espaldas.
Le escuché decir que me iba a interrogar, y me pregunté si sería tan gilipoyas como para pensar que iba a decir algo. Me levantó con gran facilidad y me empujó contra una silla, sentándome. Poco después noté como ataba mis manos y no podía moverlas apenas.
-¿Qué base? ¿La nuestra?-sonreí de lado, sin ganas.-En tu puta casa cariño, en tu puta casa.

La escuché con atención e instantáneamente, crucé su rostro de una bofetada. Su insolencia le saldría cara a la ñiña.
-Voy en serio, Little Bastard, Holly Storm, cómo quieras que te llame-sonreí con sorna.-¿Dónde está vuestra base?
Separé las palabras de la pregunta, para que pudiese captar que iba bastante en serio y que eso no era ningún juego. Sabía bastante bien que quizá no le sacase nada, pero quería intentarlo.

Me mordí con la poca fuerza que me quedaba el labio inferior para no gritar cuando me golpeó. Lo había hecho con fuerza, una fuerza que, en comparación a lo debil que yo estaba, me había hecho bastante daño.
-Te creerás muy hombre golpeando a una mujer, imbécil-gruñí mirándole.-Y nuestra base está en tu puta casa, ¿lo coges? ¡En tu puta casa!
Sabía que me iba a ganar otra hostia, era bastante obvio. Pero prefería que me golpeasen hasta matarme antes que contarle dónde estaba la base de los killjoys.
Entonces caí en la cuenta de que él sabía mi nombre, y sólo los killjoys y las personas que yo quería, sabían mi nombre. Alguien se lo tuvo que haber dicho, y ese alguien tenía que saber que yo era un killjoy y...

Tras escucharla de nuevo, volví a darle una bofetada, con algo más de fuerza que la primera, no me gustaba que jugasen conmigo.
-Lo estoy intentando hacer por las buenas, Bastard. Si te pego un tiro irá a peor, créeme, y has tenido suerte, ¿sabes por qué? Porque Korse está de viaje, y tardará dos días en regresar. Después, él te matará-reí divertido.-Le gusta hacer las cosas por él mismo-volví a golpearla, poca paciencia la mía.-Responde, dónde está la jodida base.

Volví a morderme el labio inferior a notar su mano golpearme de nuevo. ¿Se creía que con un par de hostias me ablandaría y confesaría? No flipaba ni nada el chaval.
-Pues me parece bien por Korse, quizá hasta recupere algo de humanidad-farfullé, sacudiendo la cabeza. Y de nuevo, me golpeó, y acabó haciéndome una herida en el labio. Pasé mi lengua por la herida, retirando la sangre.-¿Sabes qué? ¡Muérete! No te voy a decir nada, ¡mátame ya si quieres, imbécil!

Bien, se me había acabado la paciencia y estaba cansado de tanta tontería. La golpeé de nuevo, haciéndo que la silla volcase y ella golpease el suelo con su lado derecho, golpeandose el hombro donde yo le había herido.
Me agaché a su altura y le quité el pelo de la cara, para poder observarla. Con sólo dieciséis años, y tenía más valor que muchos de los nuestros, me parecía poco coherente.
-¿Sabes, Holly? Me he cansado. ¿No me lo quieres decir ahora? Vale, no me lo digas-sonreí de lado y me puse de pie de nuevo.-Pero acuerdate de que no vas a volver a salir de aquí.
Le di una patada en su estómago y la desaté. Yo sería quien hiciese guardia. Cerré la celda y me senté en la silla del anterior guardia, inclinándola hacia atrás. Subí los pies sobre la mesa y me quedé observandola.

Ahogué un nuevo grito cuando mi hombro herido golpeó contra el suelo de la celda. No podía moverme, las manos atadas, y mi cuerpo estaba dolorido y cansado. Odiaba ese sentimiento de impotencia. Le miré furiosa cuando apartó el pelo de mi cara y me quedé escuchándole, sabiendo que él tenía razón. Nadie sabía que estaba allí y además, no tenía pistola y mis reservas de energía eran bajísimas, y si me daban de comer... No, no me darían de comer. Moriría de hambre o de un tiro, pero no iba a decir nada.
Me encogí como pude sobre mi misma cuando noté su patada. Dios, dolía. Noté como liberaba mis manos pero el dolor me confundía demasiado y me quedé allí tirada, en el suelo de la celda.
Parpadeé para poder ver algo más y le vi de nuevo, sentado en la silla del anterior guardia, parecía que iba a ser él quien hiciese guardia. Me arrastré por el suelo hasta llegar a una de las esquinas. Apoyé mi espalda contra la pared y eché la cabeza un poquito hacia atrás, mirando el techo. No podía ni con mi alma.
-¿Me daréis de comer?-pregunté con un hilo de voz.
Era una pregunta estúpida en una situación como esa, pero necesitaba saberlo, necesitaba hablar con alguien o me volvería loca.

La observé arrastrarse con dificultad hacia la parte más cercana a mí, donde la luz daba levemente. Se apoyó como pudo contra la pared y habló.
-¿Darte de comer?-pregunté mirándola curioso.-Somos buenas personas, Holly, claro que te vamos a dar de comer. Pero tu comida estará mezclada con Battery-sonreí irónico.-Ya que aun conservas radio, como he comprobado, no te matará ni te creará adicción, porque será en pequeña cantidad, y lo suficiente como para quitarte la energía que tenías antes de enfrentarte a nosotros-conté.-Pero sí, te daremos de comer.

Bufé, sí, bufé. Por lo visto para eso sí me quedaba la suficiente energía. ¿Me iban a dar Battery con la comida? ¿Cómo hicieron con el sofnífero? Eso significaría que nunca iba a tener la energía necesaria, que nunca me iba a recuperar y que parecería un puto zombie los últimos días de mi vida. ¡Qué divertido! Nótese la ironía, por favor. Giré la cabeza, apoyándola sobre los barrotes de la celda, para poder observarle.
-No sois buenas personas-susurré, estaba débil, lo notaba hasta yo, aunque no quisiese reconocerlo.-Sois unos cabrones, y estáis a la defensiva porque sabéis que algún día conseguiremos venceros.
Sabía que eso era una tontería, que ellos se defendían porque nosotros atacábamos y nosotros atacábamos porque su mierda de Battery era una puta droga. Y que lo que estaba diciendo era una gilipoyez, pero se podía achacar perfectamente a desvarios producidos por la falta de energía, ¿no?
-Y quiero comida de verdad-dije.-No comida con Battery, eso es peor que las pizzas de los chinos.
No entendía como aun me quedaban fuerzas para bromear. Los ojos se me cerraban, pero no podía permitirme dormir, no podía. Podía dormirme y no despertar, y no les iba a dar ese lujo, quería reírme de ellos aun más.

Solté una carcajada al escuchar sus comentarios. El battery parecía causarle diversos trastornos a su sentido del humor, lo usaba cuando no debía hacerlo o bien, cuando la situación era al inadeacuada, como esta.
-Claro que sí, Holly, claro que sí-asentí con la cabeza, como si le estuviese dando la razón a un tonto.-Estámos a la defensiva por eso, claro...-Rodé los ojos. Si realmente nos defendiamos de sus ataques, era porque cualquier mínimo error podía hacer enfadar a Korse, y eso lo acababamos pagando todos.-Deberías dormir, da igual si recuperas energía o no, la gastarás después de comer... Espera, a lo mejor es eso-alcé una ceja y bajé los pies de la mesa, para inclinarme sobre ella para observarla.-A lo mejor tienes hambre, ¿quieres algo de comer?

Solo escucharle decir que si tenía hambre, mi estómago reaccionó. Le miré, aun no sabía ni su nombre, pero no me importaba. En cuanto saliese de allí, le mataría. Pasé mi lengua por mi labio inferior, limpiando los restos de sangre seca. Qué asco.
-Sí-asentí con la cabeza.-Tengo hambre.
¿Qué me iban a dar de comer? ¿Un sandwich con un filete de battery o qué cojones me iban a dar? Me agarré como pude a los barrotes e intenté ponerme en pie, pero fallé de nuevo y caí al suelo.
-¿Me lo vas a traer tú?

Le observé mientras me respondía que sí tenía hambre y sonreí levemente de lado al observarla intentar ponerse de pie y fallar en su intento. Asentí con la cabeza ante su pregunta de si le iba a llevar yo la comida y me levanté.
No tardé mucho en regresar con una de las bandejas que le dábamos a los que trabajaban para nosotros a cambio de Battery. Como pude, la pasé entre los barrotes de su celda y volví a sentarme en mi sitio.
-Filetes con patatas y una botella de agua. El filete y las patatas llevan Battery, el agua no-expliqué.-A Korse le gusta beber agua pura.

-Oh, genial-susurré y le quité la tapadera a la bandeja. Comencé a comer como si me fuese la vida en ello. El filete no tenía ningún sabor extraño, por lo que supuse que el battery mezclado con comida era totalmente insaboro, cosa que agradecía. Bastante asco me daba ya a mi saber que tenía battery corriendo por mi sistema circulatorio.-¿Cómo te llamas?-pregunté llevándome otro trozo de filete a la boca.

La observé comer desde mi sitio, realmente parecía tener bastante hambre, y la noticia de que la comida llevaba Battery le dio totalmente igual.
-Yo soy Alec-dije y me crucé de brazos encima de la mesa. Esto no tenía ningún sentido. Primero la hostiaba y luego, hablábamos con tranquilidad. Empezaba a pensar que yo era bipolar y que tenía trastornos raros, como los de Korse.-¿Te sientes mejor?

Alec, vale, apuntado en la lista de Scarecrows cabrones y bipolares a los que liquidar, justo debajo de Korse. Seguí comiendo y le di un trago bastante largo a la botella de agua, tenía sed, mucha.
-Sí, me siento bastante mejor-me senté bien y le miré.-Pero no durará mucho, ¿verdad? Quiero decir, el Battery me quitará energía, ¿no?

Asentí al escucharla.
-No, no durará demasiado, una hora o incluso menos teniendo en cuenta de que la dosis de sofnifero era bastante fuerte-expliqué.-No te creas que esto es una tregua, Holly. Cuando vuelva a entrar ahí quiero respuestas, y más te vale dármelas, o de lo contrario, volveré a darte de hostias, simple.

Suspiré. Sabía que no era ni una tregua ni un enterramiento del hacha de guerra. Simplemente me estaba dejando descansar y recuperar fuerzas para el segundo asalto, como en el boxeo. Pero con la única pega de que yo no diría nada y él lo sabía.
-Si sabes que no voy a decir nada, ¿por qué insistes? Mátame ya-bufé aburrida de tanto jueguecito.

Suspiré al escucharla, era pesadita la niña, eh. Me pasé la mano por el pelo pensativo y finalmente, me digné a responderla.
-Korse quiere mataros. A cada uno. Con sus propias manos-sonreí.-Te habría matado yo en el desierto, pero será más divertido ver como lo hace él.

-Oh, qué diver. ¿Habéis probado a comprarle un perro? Se divertirá más-bufé poniéndome de pie con algo de dificultad, pero me mantenía en pie, que era lo importante.-¿Me puedes traer una chocolatina?

Solté una carcajada al escucharla, sí, un perro... Bastante perro era Korse ya. Me levanté y asentí a su sugerencia, así que fui a por una chocolatina o una tableta de chocolate, pero que tuviese chocolate. Antes de morirse, tendría que tratarla bien.
Cuando conseguí una tableta pequeña de chocolate volví y se la di, después me senté en mi sitio.
-Dicen que el chocolate sustituye al sexo.

Mientras él iba a por mi chocolatina, yo caminé un poco, volviendo a acostumbrarme a notar el suelo bajo mis pies. Temblaba un poco, tenía bastante frío y me abroché la cazadora. Después observé la celda. No era muy grande y no tenía ventanas, así que supuse que estaba en el subsuelo o algo por el estilo. Volvi a mi posición cuando escuché sus pasos y cogí la chocolatina.
-Gracias-dije mientras la desenvolvía.-Entonces, tú deberás comer a montones.

Esperé a que se comiese toda la chocolatina y volví a entrar. Con facilidad, volví a atarla a la silla y me acuclillé delante de ella, mirándola.
-Venga Holly, dímelo, es fácil. Sólo dime la posición-bufé. Esos ataques de bipolaridad me asustaban hasta a mí. La agarré del cuello y apreté.-Venga, Little Bastard, o Holly Storm, respóndeme.

Solté un bufido cuando volvió a atarme, ya me encontraba con más energía, pero sabía que seguiría siendo inútil rebelarme, total, nadie se enteraría de que estaba yo allí metida.
-En tu puta casa, Alec-repetí aburrida.-Cambia de pregunta, no sé, preguntame por mi comida favorita o algo así.
Me habia ganado otra hostia, lo sabía.

Rodé los ojos al escucharla, parecía ser que le gustaba que le pegase o algo por el estilo. Le di una buena hostia, la verdad, porque sonó y dejé mi palma marcada en su mejilla.
-No me vaciles, Storm. Estoy hablando bastante en serio y esto no es ninguna broma, no te voy a pedir ir a cenar ni nada por el estilo, así que no me importa tu comida favorita-dije, y la volví a agarrar del cuello, apretando más fuerte esta vez.-Dímelo.