Right here, right now [Holly]

Gruñí al notar el picor en mi mejilla. Esta vez lo notaba con más intensidad porque me había golpeado más fuerte. Escupí un poco de sangre, el muy idiota me había hecho morderme, eso era penosidad. Le miré a los ojos, enfadada.
-No pienso decirte nada-dije de manera firme.

Reí y apoyé una mano en el suelo divertido. Me parecía demasiado tonto que aun siguiese manteniendose leal. Apostaba cualquier cosa a que sabía que no iban a venir a buscarla y que nadie la encontraría, pero ella seguía queriendo callarse las cosas y ser leal a los killjoys, algo que Stella no hizo. Esta chica era tal y como Stella la había descrito, eso era raro.
-¿Sabes, Holly? Me parece muy egoísta que tú quieras saber todo, y nosotros no podamos saber nada de ti, o de los tuyos-sonreí de lado.-Aunque eso cambiará pronto, porque tú nos dirás todo.

-Eres muy pesadito-susurré e intenté liberarme de las cuerdas, pero nada-.¿Me estabáis esperando?-quise saber mirándole.-¿Me esperabáis precisamente a mí porque estoy investigándoos por mi cuenta? ¿Es por eso?-Solté una carcajada.-Entonces es cierto, es porque estoy interrumpiendo a Stella en su misión, ¿no?-reí de nuevo.-Era tan obvio, sólo los Scarecrow podéis ser tan inútiles de cometer un error tan tonto y más, si Korse no la mata personalmente. ¿No decías que quería matarme a mi personalmente?-sonreí de lado.-Habéis tenido un fallo grave.

Gruñí y saqué mi pistola, le apunté a la cabeza sin miramientos.
-No estás en posición de hacer preguntas, Storm, te recuerdo que eres tú quien está atada a la silla y quien tiene, ahora mismo una pistola cargada sobre su frente-le sonreí cínico.-Y también la que está secuestrada y a la que nadie buscará, porque tu adorado Alex estará follando con Stella como si fuesen conejos-reí.-Venga Holly, véngate de ellos.

Grité, de rabia, de asco, estaba furiosa. ¡Él se había atrevido a nombrar a Alex!
-Cállate, imbécil-exclamé pataleando.-Tú, eres un jodido imbécil-exclamé de nuevo.-Y me da igual, ¡venga, si tienes cojones, pégame un tiro!-grité mirándole.-¡Venga, sé un hombre por una vez en tu vida, Alec!

Reí y moví la pistola, y disparé, un par de centímetros por encima de su cabeza y luego, con la culata de la pistola, le golpeé en la sien, abriéndole una brecha.
-Holly, creo que te estás saliendo del tema de conversación-comenté y comencé a andar a su alrededor.-Te preguntaba por la situación de vuestra base, no por los adjetivos que crees que mejor me definen.

Gruñí al notar el golpe y la sangre resbalando por mi cabeza. Tenía la vista borrosa, así que parpadeé un par de veces, intentando espabilarme. Cuando conseguí enfocar bien, le miré. Iba dando vueltas a mi alrededor como si fuese un tiovivo.
-Te he dicho que en tu puta casa-jadeé.-Y cambia ya de pregunta, pesado, que eres un pesado.

Bufé y golpeé su mejilla de nuevo, empezaba a cansarme que nunca me diese una buena respuesta.
-Genial, dame nombres de tus compañeros-dije y me acuclillé delante de ella, mirándole a los ojos.

Sonreí de lado y me quedé mirándole.
-Stella Mayor-susurré casi con asco. Sí, ahora no la odiaba, ahora le tenía asco.-Ah no, calla, que ese ya te lo sabes.

Gruñí y volvi a darle una bofetada. ¿Cuántas bofetadas le habría dado ya? Golpeé su hombro herido con la culata de la pistola y sonreí de lado.
-No me hagas perder mi valioso tiempo, Storm.

-¿Y el valioso tiempo que me estás haciendo gastar tú a mí? ¿Eh, Alec?-bufé.-Si al menos supieses interrogar como es debido... ¡Pero no! ¡El niño pega como una nenaza!

-Me estás cansando-susurré situandome detrás de ella. Le agarré del pelo y eché su cabeza hacia atrás, para que pudiese mirarme-.Abre la boca, Storm.

Gruñí, y abrí la boca rodando los ojos.
-¿Vas a ponerme un caramelo o me vas a dar una capsulita de battery?

Bufé al escucharla y metí el cañón de la pistola en su boca.
-Tienes tres oportunidades de responderme. La primera. Dónde está la puta base.

Intenté reír, pero el cañón se me clavaba en la boca. Puaj, que asco. ¿Quería que le respondiese con eso en la boca?
-eh uh ta hasa-dije como pude.

Le quité la pistola de la boca y suspiré.
-¿Y bien?

-Si quieres que te responda, no me pongas la pistola en la boca, gilipoyas-farfullé y tragué saliva.-¿Quieres saber dónde está la base? Está bien...-suspiré.-Está en tu puta casa. ¡Es que no me crees y te lo he dicho como veinte veces!

Volví a golpear su sien con la culata de la pistola y luego, golpeé con fuerza la herida de su hombro. Su brecha había empezado a sangar más, y se estaba manchando la cazadora.
-¿Ves? Ahora pareces un killjoy de verdad-sonreí de lado.-¿Dónde se ha visto que un killjoy no tenga sangre o heridas? Eres demasiado bastarda, nunca mejor dicho.

Gemí, dolía, hostia puta. Y encima se me manchaba la cazadora. Intenté apartarme el pelo de la cara, pero teniendo las manos atadas era dificil.
-¿Tienes algún problema con mi mote?-alcé una ceja.-Porque yo no soy la que se llama Cela al revés-le guiñé un ojo. Me gustaba joder a los scarecrow de esa forma.

Vale, eso era suficiente. Saqué una pequeña navaja del pantalón y la apreté contra su cuello.
-No creas que saldrás viva de aquí, Storm-susurré, apretando el filo un poco más contra su cuello.-No lo creas, porque estarás muy confundida.
Separé el cuchillo, y volví a golpearla, tirándola al suelo. Me pasé varios minutos dándole patadas a su estómago mientras ella se retorcía. Y cuando vi que ya sería incapaz de moverse, la solté y me largué de la celda. Llamé a otro guardia para que fuese a vigilarla y yo subí a lavarme las manos y a acostarme estaba cansado de no obtener resultados.

No me asustaba el cuchillo, ni si quiera los golpes. Que va. Me asustaba pensar qué ocurriría si me enfrentase a Korse en las condiciones en las que me encontraba. Un tiro, y pum. Se acabó todo.
Me encogí sobre mi misma al sentir sus golpes, dolían, sí. Al notar como mis manos eran liberadas las moví, intentando recuperar sensibilidad, y me aparté el pelo de la cara, torpemente, temblando. Me arrastré como pude hasta una de las esquinas más alejadas y me quité la cazadora, y busqué mi bandana, pero nada. Cogí un trozo de la camiseta que llevaba debajo de la chaqueta negra y la rompí, llevándomela a la sien para limpiar la sangre.
Busqué fuera de la celda a Alec, pero se había ido. Me acurruqué en esa misma esquina y me tapé con la cazadora, intentando dormir aunque fuesen diez minutos.