Keep Running!! [Kobra Kid & Kelly]

-Kelly, ¿eh...?- sonrío satisfecho al escucharlo, como si hubiera conseguido una gran cosa, después procuro sentarme algo más erguido en el asiento -No te pega, es demasiado normal. Sería mejor...Spicy Smile, o algo así- arqueo ambas cejas ante mi propia ocurrencia y después le tiendo la mano para ayudarle a levantarse aunque podría apostar mi chaqueta favorita a que no la aceptará o intentará apoyarse en ella lo menos posible.

-Vamos, no queda muy lejos- espero a que suba de nuevo y entonces la guío a través del desierto y sus carreteras abandonadas. Probablemente para ella todo el paisaje resulte más de lo mismo pero para mí no, sin embargo eso me pasa en el laberinto de las calles de la ciudad y seguro que ella las domina a la perfección.

Finalmente llegamos hasta la cabaña que lleva siendo mi hogar desde hace unas semanas. Probablemente la mayoría lo definirían simplemente como cuchitril pero yo tengo suficiente con ella.

Entramos, momento en el cuál queda claro que no hay demasiado espacio de sobras, y me tambaleo hasta la única mesa, abriendo un par de cajones hasta encontrar unas llaves que le tiendo.
-En la parte de atrás está la moto. Puedo dejarte una brújula y llegarías con bastante facilidad a la ciudad...- cuando se dispone a cogerlas las aparto de repente -Ah, casi se me olvida. Yo soy Kobra Kid, preferiría que no me llames Eric- sonrío burlonamente y entonces sí, dejo que las coja para después desprenderme de la camiseta con toda la naturalidad del mundo.

No hay gran cosa que ver, porque nunca he sido uno de esos tipos fornidos y en buena forma física, lo único que destacaría de mi propio cuerpo es la multitud de cicatrices de todo tipo y el tatuaje de una cobra que empieza en la pelvis izquierda y se pierde en los pantalones.
De todas formas enseguida me cubro con una sudadera limpia y seca y me siento algo mejor, dejándome caer pesadamente sobre la única cama.

Spoiler:

-Creo que serías una estupenda Killjoy- acabo por soltar aparentemente sin venir a cuento, aunque en realidad hace rato que le estoy dando vueltas al asunto.
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Nombre de la casa: Cabaña abandonada
Tipo de casa: Cabaña
Habitantes: Kobra Kid
Lugar: Carretera abandonada

Descripción: A simple vista cualquiera pensaría que se trata simplemente de eso: una cabaña vieja, llena de polvo y abandonada, sin embargo Kobra Kid se ha mudado a ella recientemente y desde luego no está dispuesto a perder la tapadera que le ofrece el aspecto de su nueva y "entrañable" casa.
Por suerte el interior es distinto y sí está relativamente limpia (exceptuando los cristales de las ventanas). Dispone de lo básico para considerarse un hogar: cama, mesa con un par de sillas y algunos armarios destartalados.

Sonrío tímida mientras pronuncia mi nombre, es gracioso el tono en el que lo dice. Siento cómo poco a poco se me colorean las mejillas de un tono rosado al escuchar el mote que me ha puesto. Suelto una risita y niego con la cabeza.

-Creo que te ha afectado mucho la herida... ¡Estás delirando! -y vuelvo a reír- Me gusta mi nombre, Spicy es demasiado... ¿Arriesgado? -frunzco el ceño y sonrío- Kelly creo que estará bien.

Agarro su mano de forma cuidadosa y me levanto rápidamente, no quiero que haga mucho esfuerzo por mi culpa. Aún tiene la mano helada. Le sonrío de forma tierna para que vea que agradezco el gesto, pero retiro rápido la mano.

Conduzco bajos sus órdenes a través de aquellas arenas interminables. Es un infierno. El calor, el sol, la arena, más arena... Por suerte él parece concoer cada rincón, cada detalle que hace distinto cada camino, por suerte, sino estaría perdida.

Cuando entramos a la cabaña sonrío de forma tímida, es un lugar muy humilde, pero supongo que siendo un Killjoy no te puedas permitir el lujo de llamar la atención. De todas maneras, no le vendría mal un apaño, algo que lo hiciera más... ¿Acogedor?

Río cuando juega conmigo de aquella forma y frunzco la nariz cuando retira las llaves. Me cruzo de brazos y arqueo una sola ceja, mirándole con la misma expresión burlona.

-¿Eric, eh? -sonrío- Te pega más lo de Kobra, por lo bien que te mueves por el desierto, pero... Me gusta más Eric -me encojo de hombros- Pero te llamaré Kobra Kid con tal de que no me vuelvas a amenazar con una pistola -digo sarcástica.

Alcanzo las llaves -aunque me las ha puesto a huevo, obviamente- y sin querer no puedo evitar pasar mis ojos por cada parte de su cuerpo. No suelo ver muchos así, más bien... Ninguno. Me muerdo el labio inferior y agacho la mirada, sonrojándome, fijándome en cada cicatriz y por fin, en su tatuaje. Cierro los ojos y cuando los vuelvo a abrir ya tiene puesta una sudadera. Por suerte. ¿no?

Me quedo de pié, observándole, necesita descansar y yo ya no pinto nada allí. Me voy a girar hasta que le escucho, su frase me pone nerviosa y comienzo a tartamudear.

-Yo... est..esto..yy...yyoo... yo. No.. No. Yo... -bufo frustrada, no puedo confesar nada- Debes descansar, y yo debería irme a la ciudad.

Siento todo mi cuerpo temblar, en realidad, estoy paralizada.

-No te hubiera disparado nunca... Ni a ti ni a nadie que no sea un Scarecrow- admito con mayor seriedad para que comprenda que le digo la verdad. Supongo que nos conocemos desde hace nada y no debería importarme lo que piense de mí pero aún así no quiero que crea que soy el tipo de tío capaz de amenazar o pegar a cualquiera que le lleve la contraria.

Entonces se queda mirándome y le devuelvo una sonrisa paciente y amigable. No estoy seguro si la falta de sangre me hace sentirme adormilado o es que hemos conseguido congeniar en muy poco tiempo pero me siento tranquilo a pesar de su presencia en mi pequeño hogar.

-Yo estoy seguro de que sí, has demostrado tener muchas agallas hace un momento. Pero no te voy a presionar, piénsatelo bien y si te decides sólo tienes que buscarme. Te esperaré- rebusco entonces en los bolsillos de mi pantalón hasta sacar una pequeña y mugrienta brújula.

-Sólo tienes que conducir en dirección norte todo el rato y llegarás a Battery en una hora más o menos. Fácil, ¿verdad?- estiro el brazo para que la recoja mientras con la otra mano me toqueteo el pelo, ya de por sí despeinado, perezosamente.
-Si no te sientes segura puedes quedarte lo que creas conveniente...- añado al verla un poco más tensa de lo habitual.

Sonrío y asiento antes sus palabras, parece sincero y a mi no me cuesta confiar en él. Y no entiendo por qué. Me acerco a él.

-Creéme, soy la persona a la que menos deseríais tener entre vuestras filas -acierto a decir, aunque no le voy a decir la razón, no, no sería capaz.

Acepto la brújula y la giro entre mis manos.

-No tengo miedo -digo segura de mi mísma- pero... No estoy segura de si estarás bien aquí solo, pero... Supongo que sí -me toquiteo el pelo y me giro- Gracias por la brújula.

Me encamino hacia la puerta y me giro totalmente, volviendo sobre mis pasos. Me va a odiar, o igual me escupe, yo que sé, pero le beso la mejilla y sonrío.

-Ha sido raro, pero me ha gustado conocerte... Kobra -me cuesta decir su nombre, no me gusta- Espero volver a verte en condiciones más normales.

-¿Por qué...? Nadie es perfecto...- me quedo con la duda porque decido no insistir pero me pregunto si sólo será falta de autoestima o algo peor, en cuyo caso quizá podríamos ayudarla... si se dejara. Pero me temo que tengo que ganarme más su confianza para llegar a ese punto.

-Estaré bien, te lo prometo- levanto un pulgar y recibo su beso totalmente encantado, quedándome con una sonrisa de tonto digna de un retrato. ¿Cuánto hacía que no recibía un gesto de afecto?, ¿meses...?

-Volveré a por la brújula y comprobarás que estoy perfectamente- digo para intentar tranquilizarla antes de despedirme con un gesto de mi mano.
Poco después distingo el sonido del motor de la moto y finalmente nada. El silencio y la soledad habituales del desierto.